¡Piensa en positivo! Es una frase que escuchamos con mucha frecuencia, como si con ella nos quisieran decir que solo existe un lado bueno, el lado positivo de las cosas. Pero en algunas situaciones en la vida también se encuentra el que nos hace ver todo de color gris. El que nos hace creer que las personas a nuestro alrededor conspiran contra nosotros, es el negativo, el pesimista.
En los últimos meses se ha incrementado de manera significativa el discurso pesimista entre las personas que me buscan para recibir una consulta o acompañamiento personal. ¿Realmente la vida es así de pesada o es el sobrepeso que cada uno pone de forma adicional? Se dice que “el pesimismo es el peso que uno pone sobre si mismo”. La vida invariablemente esta acompañada de luz y sombras, alegrías y tristezas, salud y enfermedad. ¿Por qué habríamos de aderezarla con un exceso de dramatismo o negatividad?
Una de las razones puede ser el ritmo de vida desenfrenado al que casi todos estamos expuestos, parecería que nos hemos convertido en “adictos a la velocidad”, como dice el famoso cantante Ricky Martin “Livin´ La Vida Loca”. Esto nos llevaba fácilmente a perder la paz, la armonía y por lo tanto a perder el control y no poder tener un adecuado manejo de nuestras emociones en las distintas circunstancias del diario.
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Cuando hablamos del término de obesidad o sobrepeso corporal, entendemos claramente que se debe al exceso de calorías adicionales que consumimos y almacenamos en nuestro cuerpo. Pues bien, valdría la pena reflexionar sobre el consumo emocional que tenemos cada día. Me refiero al exceso de emociones, pensamientos, creencias, angustias y frustraciones que se van acumulando y no gestionamos adecuadamente.
Adicional a esto, se genera en la mente ese “pensamiento rumiante”, que al parecer no basta con la carga que genera un hecho difícil o complicado en nuestra vida, sino que comenzamos a machacar, una y otra y otra vez, hasta generar una gran masa de peso adicional en nosotros mismos, es decir un sobrepeso que lleva una visión pesimista.
Es por eso que te comparto cinco acciones para combatir la obesidad mental y liberarte de ese pesimismo que no te deja gestionar adecuadamente tus emociones:
- Pon pausa a tu vida. Intenta realizar cada día actividades tranquilas, al menos 5 o 10 minutos para comenzar. Agenda como una reunión de trabajo o una cita importante un espacio para la lectura, una caminata al aire libre o escuchar música relajante, pueden ser un gran medio para canalizar tus emociones.
- Pon silencio a tu vida. Muchas personas encuentran en la actividad física un buen vehículo para sus emociones, pero muchos otros lo logran en la calma, en el silencio, en la tranquilidad (algo nada fácil de obtener hoy en día). Intenta retomar el control de tu vida espiritual, práctica un poco de meditación, de diálogo personal con Dios. Puede ser un excelente medio de descarga emocional.
- Pon sentido a tu vida. Intenta conectar al menos en dos momentos del día con algo que es trascendente para ti: tu amigos, tu familia, tus hijos, tu pareja, la naturaleza o Dios. Piensa, ¿Qué le da sentido a tu vida?, ¿Cuál es tu modelo de vida para ser feliz?, ¿En qué estás gastando tu tiempo y energía.
- Pon atención a tu vida. Identifica qué te hace sentir de esta forma. Para darle un nuevo enfoque a nuestra actitud tenemos que recapacitar que es lo que te hace sentir así, tenemos que descubrir el porqué de estas conductas para poder actuar.
- Pon color a tu vida. Pinta un futuro con menos gris. Es muy común que las personas pesimistas vean el futuro con cierto dramatismo. Tomate un tiempo y reflexiona si es algo que realmente tiene un fundamento o solo es una idea que ronda nuestro pensamiento. Te darás cuenta que la mayoría de las veces solo es algo sin fundamento.
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Hoy en día es urgente liberarnos de todo ese sobrepeso innecesario que ponemos en nuestras vidas. Recuperar lo que consideramos valioso, las relaciones humanas, generar un trato más humanizante, tener relaciones más profundas y menos superficiales.
En definitiva, es importante mantener una actitud positiva ante la vida; pero aún mejor mantener una actitud realista y de confianza en nuestra propia capacidad para hacer frente a los problemas y adversidades que se nos puedan plantear.
Leon Daudi dice: “la vida, cuanto más vacía, más pesa”.
¡Y tú!, ¿cómo le haces?
Soy Sergio Cazadero y te quiero compartir, cómo hacer para crecer.