Los pólenes que pueden afectar a quienes manifiestan alergias han aumentado en la Megalópolis, aseguran expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México con datos de una reciente investigación.
De acuerdo con los resultados, zonas como Coyoacán han registrado un aumento del 40 por ciento con respecto al año anterior, mientras que en Ciudad Universitaria el incremento fue del 100 por ciento.
Sin embargo, a pesar de que son estas zonas donde se producen, no necesariamente se quedan en el sitio, pues las partículas son transportadas de un lugar a otro por las corrientes de aire y otros factores climatológicos.
María del Carmen Calderón, coordinadora de la Red Mexicana de Aerobiología, aseguró que, aunque existen más de 50 tipos de polen en el aire de la Ciudad de México, no todos causan molestias a quienes son alérgicos.
“El que sí provoca síntomas es el del fresno, que ocupa entre 50 y 55 por ciento de los que se encuentran en el aire; empero, cada año aparecen especies con mayor concentración porque hay árboles bianuales, como los encinos”, detalla la científica.
Los estudios demuestran que la concentración de polen aumenta desde el mediodía hasta las 5 o 6 de la tarde, mientras que disminuye en la noche y la mañana.
La Red Mexicana de Aerobiología cuenta con cinco estaciones de monitoreo en la Ciudad de México y la zona conurbada, además de otras sedes en Sinaloa y Sonora. Aunque la medición del polen no se engloba en las características del estudio de la calidad del aire, la experta considera que es un factor a tomarse en cuenta.
Las personas alérgicas al polen pueden presentar síntomas como conjuntivitis, comezón, lagrimeo e inflamación, afectaciones en vías respiratorias, estornudos frecuentes, secreción nasal y, en algunos casos, asma. De acuerdo con cifras de la UNAM, en la Ciudad de México entre el 15 y el 25 por ciento de sus habitantes han referido este tipo de respuesta alérgica.
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