Si eres un amante de los gatos, seguramente has notado que, en ocasiones, puede presentar síntomas extraños como salivación excesiva y temblores en la mandíbula. Este comportamiento puede ser preocupante para los dueños de mascotas, pero es importante comprender que estas manifestaciones pueden tener diversas causas. Exploraremos las razones y por qué es importante buscar la ayuda de un veterinario si notas estos síntomas en tu felino.
El exceso de saliva que lleva a babear a los gatos generalmente está relacionado con problemas en la mandíbula. Esto puede manifestarse con dolor y un aliento desagradable debido a la acumulación de saliva en la boca. Cuando tu mascota presenta este tipo de síntomas, es fundamental prestar atención y actuar de inmediato. Además, el temblor en la mandíbula es un signo alarmante que indica que algo no está bien en la salud de tu felino.
¿Por qué ocurre el temblor de la mandíbula?
En muchos casos, el exceso de saliva es una reacción natural a sabores desagradables o a sustancias tóxicas con las que el gato ha entrado en contacto. Ello está generalmente ligado a una complicación en la mandíbula. Existen varias afecciones bucales que pueden ser responsables de este extraño comportamiento en los gatos.
La gingivitis, una inflamación en las encías causada por la acumulación de sarro, es una de ellas. Los abscesos, que se desarrollan debido a la acumulación de pus por infecciones bacterianas, también pueden provocar babeo y temblores en la mandíbula. La estomatitis, una inflamación dolorosa de la mucosa oral que afecta las encías, el paladar y la lengua, es otra posible causa. Estas afecciones pueden provocar un gran malestar en el gato y deben ser tratadas de inmediato para garantizar su bienestar.
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El estrés es otro factor que puede desencadenar cambios significativos en la conducta de un gato, incluyendo contracciones musculares, como temblores en la mandíbula. Se puede manifestar de diversas maneras, como un aumento en la gesticulación exagerada y agresividad. Los cambios en la rutina, la llegada de nuevos miembros a la familia, una mudanza o la separación de los tutores son situaciones comunes que pueden generarlo. Cuando un felino presenta síntomas como babeo excesivo y temblores en la mandíbula, es fundamental que consultes a un veterinario de confianza.