La planta rosario, conocida popularmente como cadena de perlas, collar o planta de bolitas, se trata de un ejemplar caracterizado por la belleza que le puede aportar al hogar. Es que esta planta de interior tiene flores que irradian belleza, pero para ello tendremos que realizar distintos trucos de jardinería. De esta forma, la suculenta colgante será el centro de atención en tu vivienda.
A esta planta de interior le brotan delicadas flores blancas que emanan una fragancia a canela, pero sólo muestra su belleza con los cuidados necesarios. Su nombre científico es Senecio rowleyanus, una suculenta perenne de corte colgante, originaria de Sudáfrica, que también se caracteriza por poseer tallos alargados y muy delgados, rodeados de hojas verdes cilíndricas y carnosas.
La planta rosario no es un ejemplar difícil de cuidar, pero si queremos que sus flores blancas destaquen dentro de casa, es necesario acudir a algunos consejos. Para ello podremos elaborar un fertilizante casero con café y agua. El primer paso será colocar sobras de café en un papel hasta que se seque. Luego verteremos la borra en un recipiente y conservaremos en un lugar fresco. Finalmente añadiremos esto a la suculenta y añadiremos agua de riego como de costumbre. Cuando el sustrato esté húmedo revolveremos todo para que la especie absorba los nutrientes.
Otro tip para que la planta de interior florezca será contar con buena iluminación. Si bien es un ejemplar interno, requiere de sol a diario, por lo que podremos ponerla cerca de una ventana para que haga su proceso de fotosíntesis. Esta suculenta requiere luz solar indirecta para evitar que se deforme al estirarse en busca de luz solar.
Por último, la planta rosario requerirá de un riego específico. Como la mayoría de las suculentas, esta planta de interior no tolera el exceso de humedad ya que puede causar que sus raíces se pudran y la planta muera rápidamente, por ello, es importante que la maceta cuente con buen drenaje. Esta tarea de jardinería tendrá que hacerse solo cuando el sustrato esté completamente seco (cada 10 o 15 días).