La higiene personal es fundamental para tener buenos aromas, además de los perfumes que podremos utilizar. Aunque hay cuestiones que nada tienen que ver con la limpieza y que de todas formas nos puede generar mal olor corporal, tales como exceso de sudor producto de una enfermedad. Esto podríamos no percibirlo porque estamos acostumbrados a nuestro olor, aunque sí tenemos la capacidad de oler los aromas de terceros.
Hasta ahí todo marchar normal, pero ¿cómo podemos saber si tenemos mal olor? Para ello, primero que nada debemos entrenar el olfato, afín de que la nariz sienta más olores. Esto lo podremos hacer oliendo a nuestros compañeros de trabajo, olfateando algunos alimentos y hasta incluso los granos de café. Y si nos entrenamos con nuestros propios olores, debemos poner el ojo en las axilas.
En la misma línea, para saber si la higiene se ha alterado podremos consultar a una persona de confianza, aunque podría resultarnos incómodo. Simplemente debemos hacer la pregunta y pedir la mayor cantidad de honestidad posible. Esta sin duda será una de las mejores formas de hacerlo. Otra forma de saber cuál es nuestro olor es comprar una crema o algo parecido, ponerla en un dedo y olerla por un par de minutos. Lavaremos las manos después y oleremos el cuerpo, viendo si hay olores distintos.
Además, especialistas afirman que en ocasiones no puede deberse al propio cuerpo, sino a cuestiones extras, como la ropa sucia, por lo que la limpieza será fundamental, sumado con un eficiente lavado. Por lo tanto, si lavas la ropa y no esperas a que se seque apropiadamente puede tener un olor a humedad, por ejemplo.
Y para evitar tener mal olor, será crucial tener una buena higiene. Esto significa bañarse bien, pasando por todas las áreas, y tener una rutina de cuidado personal. Tu olor natural puede bastar, pero con cremas, perfumes y más sin duda puedes asegurarte de que no tendrás un olor no deseado. Así mismo, como dijimos anteriormente, la limpieza de las prendas de vestir será crucial.