Una cicatriz representa un recuerdo para toda la vida. Tienen la capacidad de crear complejos por su dimensión o su aparatosidad, aunque otras pasan desapercibidas e incluso algunas cobran una mayor importancia porque forman parte de la historia de la vida de esa persona. Según expertos, existen distintos cosméticos para reducir la textura a través del cuidado de la piel, y será menester acudir a uno para evitar que las marcas se oscurezcan con el sol.
Especialistas explican que una cicatriz se produce como consecuencia de una rotura y una pérdida parcial de las fibras de colágeno y elastina de la región afectada, lo que hace que disminuya la cohesión de la piel. En consecuencia, cuando esto sucede, se inicia el proceso de cicatrización en el que la restitución del tejido conectivo se efectúa mediante el crecimiento de fibroblastos jóvenes y el espacio que deja la herida se tapa con tejido fibrilar, de ahí que la marca tenga una textura distinta a la piel.
Incluso pueden existir diferentes tipos de cicatriz en función de su textura o aspecto. Así, puede ser normotrófica (plana y con un color semejante a la piel), ligeramente deprimida debido a la falta de colágeno (atrófica), con elevaciones rojizas (hipertróficas) o abultada por al crecimiento excesivo del tejido (queloides). Pero sea cual sea la marca, un cuidado de la piel efectivo consistirá en evitar que se oscurezcan con el sol.
Por lo tanto, si decidimos no operarnos para ocultar estas marcas, tendremos que implementar técnicas para que la apariencia se disimule lo más posible. Es por ello que hoy te recomendaremos una técnica que evitará que el sol incida sobre la cicatriz y consistirá en la utilización de un método efectivo y no invasivo, como lo es el uso de parches.
Estos parches para el cuidado de la piel se consiguen en farmacias y serán efectivos para reducir una cicatriz antigua o reciente, o queloides. Al mismo tiempo, son efectivos para protegerlas del sol, logrando así que mantengan un color natural. Estos parches se colocan siempre sobre la piel limpia y seca y sobre la herida cerrada, es decir, sin puntos ni costra. De hecho lo ideal es esperar unos 15 días después de que se haya desprendido la última costra para empezar a usarlos.