El jardín requiere de un amplio abanico de plantas y flores para tener un resultado colorido, donde abunde la naturaleza y las fragancias exquisitas. Y uno de los ejemplares que ayudarán en esta tarea son las fresias, caracterizadas por su poder ornamental y su fácil cultivo. Es por ello que hoy te diremos cómo sembrarlas y qué hacer para que duren más tiempo.
Este tipo de plantas crecen a partir de bulbos que se siembran en otoño. Estos deben estar duros al tacto. Si los notas blandos, mejor recházalos, porque puede ser que estén dañados. Y si la vas a cultivar en maceta, deberás plantarlas después del verano y colocarla en un lugar soleado pero a cubierto. Crecerá muy bien si la mantienes en el interior durante el invierno.
Para cultivar las fresias deberás sembrarlas a pleno sol o en semisobra, en un terreno bien drenado para que sus raíces no se encharquen. Para plantarla, una vez hayas decidido dónde ponerlos, deberás hacer un agujero de unos 5 cm y colocar el bulbo con la parte puntiaguda hace arriba, cubriéndolo con 2 o 3 cm de tierra. Es importante que los bulbos tengan suficiente humedad hasta que brote la planta.
Uno de los trucos para que estas plantas se mantengan intactas radica en suministrarle un sustrato ideal. Este debe ser aireado y estar bien drenado. Y si bien prefiere un suelo ligeramente ácido, las fresias crecerán bien si el pH del terreno es neutro. Una opción es mezclar sustrato universal, mantillo y arena, para mejorar el drenaje. De esta forma será más fácil controlar que la tierra no se encharque.
Mientras que otro punto para que el jardín tenga una fresias hermosas pasará por un riego abundante durante su periodo de crecimiento. Y si notamos que las hojas de la fresia se ponen amarillas, deberás reducir la frecuencia del riego. Finalmente, estas plantas pueden ser cortadas y para que se mantengan en óptimas condiciones tendremos que cortarlas en la primera hora de la mañana y colocarlas de inmediato en un jarrón con agua. Además, deberá ser cortada en diagonal.