Patricia tiene la vida que cualquiera quisiera tener; un esposo maravilloso, unos hijos encantadores y un buen trabajo. Podríamos pensar que a simple vista no tiene problema alguno, pero, últimamente se siente cansada casi todo el tiempo, por las mañanas desearía no tener que levantarse, nada le causa ilusión, siente que su vida es de lo más aburrida.
El caso de Patricia podría ser como el de cualquier otra persona, si sientes que tu vida se está pintando de gris y que poco a poco vas perdiendo la ilusión, es probable que estas siendo atacado por la gran epidemia del siglo XXI, la desmotivación.
Todos los seres humanos en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido desmotivados, sentimos apatía, nuestro único deseo es no querer hacer nada, nos aislamos y esa misma sensación de falta de ánimo nos provoca frustración y preocupación. El desánimo forma parte de nosotros, no es grave en sí mismo, pero es un camino que nos puede llevar a la depresión.
La motivación, es un estado interno que nos mueve a lograr los objetivos que nos planteamos, podríamos compararlo con el motor que nos impulsa a movernos para alcanzar esas metas, en cambio la desmotivación, es la falta de esas razones que guían nuestro comportamiento, perdemos el entusiasmo, la disposición e incluso la energía para cumplir lo que nos planteamos
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El desánimo es una de las sensaciones que más nos incapacitan en nuestra vida, lo podríamos considerar como una especie de tristeza de baja intensidad que conquista tus acciones, pensamientos, rutinas y se mantiene con los días incluso algunos meses.
A ciencia cierta no existe una sola causa que desate el desánimo. De lo que si estamos seguros es que tiene que ver con las emociones. El ser humano es un ser emocional, nos emocionamos de todo y por todo. El miedo, la frustración, la culpa, el estrés, la ansiedad son estados que generan en nosotros emociones, tanto positivas como negativas, y la forma en que entendemos y gestionamos esas emociones es lo que en realidad influye en nuestros procesos para pensar, comunicarnos e incluso para decidir.
Si sientes que la tristeza y la desmotivación están llegando a tu vida te abrazan y te intentan ahogar no lo permitas. Te comparto cinco tips para vencer el desánimo:
- Haz un paro en tu vida. En estos días grises, detén tu rutina para reflexionar sobre qué es lo que está sucediendo en tu vida. Detén tu rápida caminata por la vida, analiza si el camino que tomaste te llevará al destino que soñaste y plantéate un futuro mucho más soleado.
- Sentido del humor. Una sonrisa en los momentos difíciles es de gran ayuda. Trata de buscar el humor en las situaciones cotidianas. Si quieres sentirte menos estresado aprende a reírte un poco de la vida.
- Ten pensamientos positivos. Si quieres ser más optimista y tener un pensamiento más positivo, primero identifica las áreas de tu vida en las que sueles pensar de forma negativa. Puedes empezar de a poco y centrarte en una de las que debes darle un enfoque más alegre. Considéralo para controlar tu estrés.
- Siéntete orgulloso de ti. Comienza siguiendo una simple regla: no te digas nada a ti mismo que no le dirías a otra persona. Sé amable y alentador contigo mismo. Si un pensamiento negativo ocupa tu mente, evalúalo en forma racional y responde con afirmaciones de lo que está bien sobre ti mismo. Piensa en las cosas por las que estás agradecido en tu vida y siéntete orgulloso de ti.
- Plantea nuevos retos. Enfócate y visualiza metas pequeñas y continuas, pero que impliquen retos, esto te mantendrá concentrado en el rumbo que debes seguir para alcanzar tus objetivos y te tendrá alejado de las distracciones.
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Tenemos que ser conscientes de que la vida no siempre es una montaña rusa llena de emociones. Habrá momentos llenos de intensidad y algunos otros en los que parece que la vida viaja lento. Lo importante es no perder el ánimo, analizar qué estamos sintiendo y buscar nuevas metas que nos llenen de motivos.
¿Y tú, ya tienes tus motivos para vivir este día?
Soy Sergio Cazadero y te quiero compartir, cómo hacer para crecer.