La ciencia descubrió que por cada ser humano que habita en el planeta Tierra, existen 17 millones de moscas. Entonces es un hecho encontrarte con estos insectos en cualquier situación, algo que sin dudas te parecerá repulsivo y te causará asco, al punto de querer utilizar un repelente natural o industrial para eliminarlos. Sin embargo, te pedimos que no lo hagas, ya que también se descubrió el rol que cumplen en el mundo.
Si las comparamos con animales, la vida de las moscas es corta ya que su existencia es de tan solo un mes, como máximo. Aunque en este corto tiempo, las hembras pueden colocar hasta 1000 huevos. Y en este lapso de vida, la función de dichos insectos es fundamental. Es que es difícil creer que además de ser vitales, impactan de forma positiva en los seres humanos y ecosistema en general.
Esto se debe a que las moscas polinizan las plantas, se comen los residuos de nuestros drenajes, devoran cadáveres en descomposición, aportaron a la genética moderna y más. Sin embargo, al trasladar en sus cuerpos diversos materiales también generan un impacto negativo, y son la propagación de enfermedades, dañan los cultivos, matan arañas, libélulas y otros insectos.
Por lo tanto, las moscas nos ayudan a limpiar toda clase de residuos biológicos, sobre todo los desechos orgánicos. Y la reducción de la materia orgánica en descomposición que realizan los insectos no queda ahí debido a que se transforma en elementos de gran utilidad para el suelo y la tierra y que en la mayoría de casos puede servir como fertilizante. En consecuencia, al tratarse de especies que se dedican al reciclaje de materia orgánica y en descomposición serán cruciales para el equilibrio ecológico del planeta.
Ante este panorama, la ciencia reveló que si las moscas llegasen a desaparecer, habría un caos total por el material en descomposición que se acumularía en enormes cantidades. En este sentido, especialistas afirmaron que el cambio climático es el gran enemigo de dichos insectos porque las altas temperaturas reducen la capacidad de reproducirse, al punto tal de desaparecer en algunas geografías.