El cuidado de la memoria debe ser un hábito obligatorio para el ser humano ya que un buen funcionamiento potenciará el funcionamiento neuronal y evitará un deterioro cognitivo que puede conducir a la demencia o la enfermedad del Alzheimer. Por lo tanto, mediante distintos ejercicios cognitivos podemos lograrlo, pero a través de una alimentación sana también encontraremos beneficios. En este caso, especialistas sostienen que es necesario consumir una fruta gracias a su alto valor nutricional y su amplio abanico de propiedades: la manzana.
La fruta aporta hidratos de carbono en forma de azúcares como la glucosa, sacarosa y fructosa, a la vez que brinda una cantidad relevante de fibra. Mientras que en el plano de la salud cerebral, la manzana se destaca porque contiene compuestos naturales que favorecen la producción de nuevas células cerebrales. Y como si fuera poco, también tiene incidencia en el cáncer, reduciendo los riesgos de padecerlo gracias a los flavonoides.
Esto se debe a que una reciente investigación afirma que la manzana beneficiará a distintas funciones cognitivas tales como el aprendizaje o la memoria. El argumento principal radica en la presencia de sustancias químicas llamadas fitonutrientes, entre los que se destaca el reveratrol o el EGCG.
Por lo tanto, aunque los propios profesionales admiten que faltan estudios más específicos vinculados al tema, las evidencias por ahora son prometedoras. Es por ello que se recomienda el consumo cotidiano de una fruta tan importante como la manzana, luego de haber investigado sobre la corteza cerebral de ratones de laboratorio. En ellos lograron demostrar que estas frutas potenciaban la población de neuronas que a su vez estaban protegidas de la muerte celular.
En consecuencia, los investigadores determinaron que los compuestos naturales de la manzana promueven, en cierta medida, la neurogénesis y la función cerebral cada vez que se suministran dosis elevadas de la mencionada fruta. Además, es menester saber que el organismo necesita nutrientes esenciales para el desarrollo y el mantenimiento de una función cognitiva adecuada que incida en el aprendizaje y la memoria.