La halitosis es considerada como uno de los problemas más habituales. Conocida habitualmente como síndrome del mal aliento, tiene como principal causa la falta de saliva, logrando que las bacterias que están en la boca se almacenen en la placa dental formando el sarro que crea mal olor. Es por ello que hoy te enseñaremos 3 claves para erradicar esta problemática.
Especialistas aconsejan tomar cartas en el asunto ya que la halitosis podría generar consecuencias morales y sociales, como el rechazo al diálogo durante la mañana. Es que las placas dentales se endurecerán cada vez más y se calcificarán sobre las paredes dentales, provocando el sarro y generando mal aliento. En consecuencia, tratar la halitosis fisiológica (ya que no se produce por falta de higiene sino por la disminución del flujo de saliva en la cavidad oral) será fundamental.
La primera de las claves radica en la preparación de un aceite. Se trata del aceite esencial de árbol de té que por sus cualidades antisépticas, es un desinfectante natural que inhibe la acción bacteriana en la boca para controlar el mal olor. Sus ingredientes son 5 gotas de aceite esencial de árbol de té, 5 gotas de aceite de menta, 3 gotas de aceite de limón y ½ taza de agua tibia (125 ml). Todo se deberá incorporar en un recipiente y hacer enjuague dos veces al día.
Por otro lado, el mal aliento se podrá combatir a través de una preparación de perejil ya que contiene una sustancia denominada clorofila y que actúa de manera eficaz contra los síntomas de la halitosis. Para prepararla solo se necesitará un puñado de hojas de perejil y ½ taza de vinagre de manzana (125 ml). Mientras que su elaboración consistirá en picar el puñado de hojas de perejil y sumergirlas en vinagre de manzana durante 15 minutos. Luego habrá que masticarlas durante uno o dos minutos y repetir el remedio después de cada cepillado.
Por último, una de las claves más efectivas para tratar el mal aliento consistirá en la ingesta de bicarbonato de sodio. Esto se debe a que es una de las sustancias más empleadas en el tratamiento de la halitosis. Sus propiedades antimicrobianas ayudan a controlar el crecimiento bacteriano para neutralizar el mal olor y posibles infecciones. La preparación consistirá en diluir 5 gramos de bicarbonato de sodio en 100 mililitros de agua tibia y realiza gárgaras dos o tres veces al día.