PIENSA JOVEN

¿Deberíamos ser más ignorantes?

Cada vez las noticias parecen más desalentadoras, es por eso que podría parecer mejor opción el desatarnos de muchas de las noticias negativas, para no clavarnos en lo negativo del mundo.

ESTILO DE VIDA

·

Una de las frases más conocidas e importantes de la antigua Grecia es conócete a ti mismo. Parte de conocerse a sí mismo radica en ser consciente de qué cosas sí sabes y reconocer aquellas que ignoras. Desde que estudio Filosofía, he aprendido sobre muchos temas y autores, pero si algo me ha quedado claro, es que hay una cantidad inmensa de cuestiones, doctrinas y habilidades sobre las que no tengo ni idea; las desconozco por completo, pero esto no es necesariamente malo.

En nuestro tiempo es complicado aceptar que se ignora algo. Si tenemos el mundo en las manos, ¿cómo justificamos la ignorancia que nos acompaña siempre sobre un asunto u otro? Por ejemplo, es penoso, incómodo, hasta culposo, aceptar que no vemos las noticias mundiales cada día, que no sabemos sobre las consecuencias políticas de alguna decisión jurídica, que no recordamos el último atroz crimen sucedido en algún estado del país.

En la era de los medios de comunicación masiva, todo mundo parece querer ser experto en mutaciones virales, negociaciones económicas internacionales, soberanía nacional en países de Europa del este y, por supuesto, política nacional, pero ¿realmente vale la pena? ¿Acaso tantas opiniones no dificultan reconocer a un verdadero experto? ¿Es necesario que nos sometamos día tras día a una cascada de noticias desesperanzadoras? 

Si bien muchos filósofos no comulgan con la idea de que “la ignorancia es la felicidad”, yo creo que, en ocasiones, no saber es mejor que saber. Por supuesto, esto depende del tema, de los detalles, de los intereses particulares, etc., pero es conveniente quitarnos la presión, un poco social y un poco autoimpuesta, de cargar con el mundo en los hombros todo el tiempo, hasta el más mínimo detalle. 

Reconozco la importancia de enterarse sobre el estado político, económico, ambiental y social del mundo: es irresponsable ignorar por completo el calentamiento global, la pandemia, la crisis económica, etc. Los problemas y preocupaciones son serios y deben ser atendidos, pero no deben ser motivo de pánico, obsesión o pesimismo. Un poco de noticias es suficiente y es mejor que nada de noticias. 

Como diría el maestro Jedi Qui-Gon Jinn, “lo que acapara tu atención determina tu realidad”. Queremos creer en un futuro mejor, pero no tenemos ni idea de cómo llegar a él y el mismo estado del mundo, al menos en los principales medios de comunicación, es cada vez más desalentador, menos esperanzador. ¿Qué haremos si no tenemos esperanza? ¿Es posible motivarse, moverse hacia algo, hacer algo, sin esperanza en que el futuro sea mejor? 

Creo que es importante revalorizar el papel de la ignorancia en nuestros días: no como una penosa falta de conocimiento, sino como una decisión consciente y voluntaria sobre aquello a lo que le prestamos atención y, por lo tanto, sobre qué ocupa nuestra mente y nos construye como personas. Es posible descuidar una gran parte de las noticias, pero cuidando una noción general de lo que es verdaderamente relevante y, por supuesto, reconocer que, efectivamente, desconocemos una gran parte. 

Podríamos llamar a esto una “ignorancia productiva”. No es total, permite que nos enfoquemos en temas, arte y proyectos con mayor significado para nosotros; además, construye el conocimiento sobre uno mismo. Ahora sabes que no sabes sobre las noticias. Ahora sabes que puedes saber más sobre un tema de mayor importancia para ti. Ahora sabes que no sabes, pero eso te permite saber más.

IL