EXPERTAS ACLARAN EL TABÚ

Sexualidad y feminismo, ¿es válido usar disfraces en la intimidad con mi pareja?

¿Te has preguntado qué hay detrás del uso de disfraces o lencería de profesiones? El Heraldo Digital poner fin al debate sobre la libertad sexual

ESTILO DE VIDA

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¿Sexualización o libertad sexual?, estos son los principales argumentos en contra y a favor de su uso. Créditos: Pexels

La intimidad en compañía de nuestra pareja abre un mundo de posibilidades para descubrirnos y conocer nuevas formas de llegar al punto máximo del placer ya sea con un masaje previo al encuentro sexual o con nuevas formas para que ambos consigan el orgasmo; sin embargo, no son las únicas formas con las cuales se puede experimentar y una de las más populares es el uso de los disfraces para hacer más interesante el momento. Entre algunas de las ideas más populares y fáciles de encontrar destacan aquellos de maestra, doctora, policía, bombero e incluso de colegiala. 

Aunque para mucha personas el uso de estos disfraces que van desde minifaldas hasta lencería no representa ningún riesgo, existe todo un mundo detrás y que toca temas sensibles como la cosificación y detona en aspectos que no sólo influyen en la intimidad, sino también en la vida diaria al grado del acoso a mujeres o estudiantes. La razón parte de la misma polémica que se ha desatado entre feministas en las últimas semanas: la sexualización de los disfraces, si bien el debate inicialmente surgió por los disfraces de Halloween, es un discurso que se repite incluso a la hora de los encuentros sexuales. 

Al hacer búsquedas como "lencería en pareja sexy" aparecen atuendos como estos. (Foto: Shein)

A favor y en contra, pero desde el cuestionamiento; así es la postura de las feministas sobre el uso de estos disfraces

El Heraldo Digital conversó con diferentes voces dentro del feminismo en las que se expuso la problemática desde el activismo y la psicología y las opiniones son muy variadas, aunque todas coinciden en que el cuestionamiento es una pieza clave para determinar si tú y tu pareja podrían experimentar con disfraces o lencería que sexualiza a profesiones o a las infancias. Pues según precisaron las mujeres entrevistadas, no siempre se puede llegar a una conclusión como "está bien o está mal" usar o dejar de usar algo. 

Para la activista feminista y creadora de contenido Annieli Rangel, se trata de un tema que "divide mucho dentro del mismo feminismo porque están a favor o las que están en contra", pero una buena forma de iniciar con la discusión es identificando la diferencias entre lo que es la sexualización y la sexualidad, pues esta última es la que cada persona decide cómo llevar.

"La  sexualización es cuando le ponemos una connotación sexual a algo que no tiene esa connotación (...) El debate se abre porque muchas dicen es que no es sexualizar, estás  viviendo su sexualidad y muchas otras decimos: 'no, es que si es sexualizar'. Y a eso nos referimos con que le estamos poniendo una connotación sexual a una profesión o a un uniforme", explicó.

La activista señaló que la mayoría de mujeres recuerdan haber sido acosadas cuando llevaban el uniforme de la escuela. (Foto: Pexels)

Annieli Rangel es parte de las feministas que consideran que el uso de los disfraces desde la intimidad es una forma válida de disfrutar y vivir la sexualidad ya que, precisamente se realiza desde lo íntimo de ver una cierta vestimenta como puede ser el de maestra o enfermera sexy. Pero es en este punto en el que tiene que entrar el cuestionamiento del por qué se usan ciertas prendas o lencería, con qué intención, si se hace o no por gusto y de qué manera influye sexualizar de esta forma a muchas mujeres que sí se dedican a dichas profesiones u oficios. 

"A puerta cerrada es diferente. Creo que si lo podríamos hacer siempre y cuando también todo uno se cuestione de saber por qué, de dónde viene ese gusto a lo mejor de vestirse siempre, de tu pareja, cuestionarlo y analizarlo", añadió. 

Ante ello, la activista no dudó en precisar que ponernos un disfraz con nuestra pareja en la intimidad "con toda la connotación sexual es correcto", ya que cada quien decide cómo vivir su sexualidad. A pesar de ello, enfatizó en la problemática social que lo anterior implica: "El problema es cuando ya lo pasamos a un entorno social donde, precisamente, le ponemos esa connotación sexual y empezamos a sexualizar los disfraces y es algo que puede llegar a resultar muy problemático porque hablando de profesiones y de uniformes es sexualizar precisamente a las compañeras que ejercen ese tipo de profesiones", explicó en su conversación con este medio. 

El acoso es una de las principales razones por las que las mujeres alzan la voz. (Foto: Cuartoscuro)

En ese sentido y hablando también sobre la problemática que se inició en redes sobre la sexualización de los disfraces de Halloween, la también creadora de contenido por los derechos de las personas con discapacidad y disidencias, explicó que entre los riesgos que esto puede tener dentro de la sociedad destaca el acoso y la violencia sexual hacia quienes ejercen esta profesiones, además que por ser mujeres no se les tome en serio en sus trabajos. 

Por su parte, Lomelí Sotelo, psicoterapeuta en Psicología Feminista México, forma parte del otro lado del debate y para ella tanto como mujer feminista como profesional de la salud el panorama sigue siendo el mismo sea o no en la intimidad, pues representa otra forma más de la normalización de diferentes violencias contra las mujeres. En ese sentido, coincide con Annieli en que hay una gran confusión entre lo que es la sexualidad y lo que es la sexualización. 

"Hubo  una confusión muy grande cuando fue lo de la Revolución sexual en los 70 que parecía que las mujeres estaban adquiriendo libertad sexual pero lo que pasó fue que ahora estaban muchísimo más disponibles sexualmente a los varones o sea era ahora en ese momento era súper fácil acceder al cuerpo de una mujer porque se estaba disfrazado en libertad sexual", explicó. 

El cuestionamiento es el inicio para vivir una sexualidad libre y responsable. (Foto: Pexels)

Siguiendo esta idea en la que también se volvieron más accesibles otro tipo de ideas para disfrutar de la intimidad, como es el caso de estas caracterizaciones, la psicoterapeuta se mantiene firme en señalar que: "No creo que haya una libertad en vestirse de policía aunque nadie te vea y sólo estés con tu pareja porque al final del día qué significa que a un hombre le exciten esas cosas". Por otro lado, agregó que esto puede considerarse como una confusión al decidir que o no usar, pues si bien se trata de una libertad, hay una contraparte en la que "pareciera que vuelves tu cuerpo accesible y no es que vayas a querer estar con todo el mundo solamente porque sales con falda". 

"Yo soy de la opinión de que de que a veces es o sea es una trampa del patriarcado pensar que hay una libertad sexual en eso porque al final del día es para el placer del hombre y el servicio del placer", explicó a El Heraldo Digital. 

Para concluir puso como ejemplo los disfraces de colegiala que también son populares dentro de los encuentros sexuales y en la propia industria pornográfica. "Es muy feo, es muy crudo porque se ve es muy evidente la cultura de la pedofilia. Aquí lo que estás haciendo es es poder acceder a un cuerpo vestido de colegiala que es un de una adulta, pero la fantasía es que es una niña; otra de las herramientas del patriarcado siempre ha sido acceder al cuerpo de las mujeres desde el desde muy temprana edad porque es cuando se puede ejercer más poder sobre ella", dijo. 

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