La celiaquía es una afección que sufre el sistema inmunitario en donde las personas no pueden consumir gluten ya que daña su intestino delgado, por lo tanto se debe evitar el trigo, la cebada y el centeno. Aunque no solamente se puede encontrar el gluten en los alimentos, sino también en distintos suplementos y vitaminas como las que se utilizan para el cabello y la piel, pasta dental y bálsamos labiales.
Entre los síntomas más frecuentes de la celiaquía se presentan la diarrea y el dolor abdominal, afectando directamente al sistema digestivo, aunque también otras personas pueden sentirse alteradas desde el mundo de vista emocional, ya sea irritables o deprimidas. Además, la intolerancia a los alimentos sin gluten, en algunos casos, suele no presentar síntomas.
En cuando se presente diarrea crónica sin motivo alguno, pérdida de peso, anemia y retención de líquidos, se deberá acudir al médico para intentar diagnosticar un cuadro de celiaquía. Esta enfermedad se detecta por dos caminos: a través de la sangre o mediante una pequeña muestra del tejido del intestino delgado. En consecuencia, si se diagnostica esta patología de orden genético, será esencial iniciar una dieta libre de gluten.
Por lo tanto, especialistas sugieren que se deberán evitar alimentos tales como salvado, trigo partido, cuscús, harina, malta, avena, algunos cereales, almidones, harinas con gluten, tortas, bizcochos, pastas, y galletas, entre otros productos. Además, expertos sostienen que la mayoría de los productos industriales contienen ingredientes no aptos para aquellos que sufren celiaquía, es por ello que resulta primordial revisar las etiquetas antes del consumo.
Siguiendo esta línea, para no alterar la dieta libre de gluten, habrá que empezar a consumir alimentos que incluyan harinas de legumbres, harinas de sagú, maíz, semillas y frutos secos, trigo sarraceno, mijo y quinoa, entre otros. Estos productos ayudarán a las personas que tienen celiaquía ya que aportarán fibra, hierro, ácido fólico y calcio, entre otras vitaminas.