La obesidad infantil es una de las enfermedades más graves en nuestro país, ya que México ocupa los primeros lugares en problemas de sobrepeso a nivel mundial. Con la pandemia, este problema de salud aumentó, ya que los niños estuvieron más propensos a alimentos procesados.
Desde pequeños es importante inculcarles hábitos de vida saludable, como el ejercicio, tomar agua natural, evitar la comida chatarra y los dulces, así como los refrescos. También es importante enseñarlos a comer frutas y verduras diariamente; sin embargo, hoy en día hay niños y niñas que sufren problemas derivados del sobrepeso.
Aunque durante su infancia no haya secuelas graves de no tener un peso saludable, cuando sean mayores presentarán complicaciones. Hay casos en que solo tienen un aumento de la masa corporal leve, es importante que tomes en cuenta estas señales de alerta.
Señales de obesidad
- Cansancio
Un niño con sobrepeso siempre se sentirá cansancio, tendrá sueño recurrentemente y presentará problemas para concentrarse. Esto es porque su cuerpo no recibe los nutrientes necesarios de una buena alimentación. Es importante a tomar en cuenta, ya que puede que afecte sus actividades diarias.
Derivado de esto, también pueden presentar la apnea obstructiva del sueño, un descanso agitado o problemas respiratorios.
- Falta de aliento
Es común que también presenten dificultades para realizar actividades físicas, ya sea que tengan dolor en sus articulaciones o la falta de aire debido al esfuerzo. Tendrán problemas para respirar y sentirán que no tienen aliento a la hora de hacer ejercicio. Es importante tomarlo en cuenta, ya que si sufren asma, agravarán la enfermedad o en su caso desarrollarla.
- Depresión
La alimentación saludable también juega un papel importante en nuestra salud mental. Además de las burlas que pueda llegar a sufrir por amigos o compañeros, un niño puede desarrollar depresión y ansiedad. Generalmente se aislan de los demás.
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¿Como prevenir la obesidad?
Lo más importante es acudir con un médico, pero también debes comenzar a cambiar los hábitos de alimentación en casa. No se trata de prohibir dulces o comida chatarra, pero sí limitarla y evitar su ingesta diaria.
Reduce el consumo de alimentos procesados, refrescos, pizzas, entre otros. Siempre trata de tener verduras o frutas lo más frescas posibles para servirlas en la comida o como aperitivo. Tener un desayuno balanceado, sobre todo en este regreso a clases, es importante, ya que les dará la energía necesaria para todo el día.