Durante los últimos años, la idea de que el consumo de carne tiene un impacto positivo en nuestra salud ha ido volviéndose más popular. Además, otro de los argumentos utilizados por quienes llevan esta forma de vida es que la industria cárnica es una de las fuentes principales de contaminación a nivel internacional. De hecho, se plantea que reducir la ingesta de estos productos podría ayudar significativamente a la sostenibilidad de nuestro planeta.
Personas expertas en cambio climático y nutrición se han hecho valer de las declaraciones de la Organización Mundial de la Salud, misma que respalda trabajos de investigación que, desde hace más de 24 años, han planteado una relación entre el consumo de carne roja con la aparición de células cancerígenas. Además, esta serie de trabajos han expuesto la huella medioambiental que implica la ganadería intensiva.
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¿Qué opinan las personas especialistas?
De acuerdo con lo recopilado por El País, la profesora de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Marta G. Rivera, la evidencia científica es evidente y refleja que la reducción en el consumo de carne es la mejor opción para reducir la crisis climática. Según la investigadora, la producción de carne intensiva está vinculada a problemas como la deforestación, el incremento de los monocultivos y el uso de fertilizantes.
Bajo esta misma línea, Fernando Valladares, quien se desempeña como director del grupo de Ecología y Cambio Global del CSIC, reducir el consumo de carne es una medida que la humanidad debió adoptar desde hace 15 años. A pesar de lo incómodo que pueda parecer este cambio para algunas personas, esta es solo una adaptación de las muchas a las que al población deberá adaptarse con el cambio climático.
¿Cómo impacta el consumo de carne el medio ambiente y nuestra salud?
El País también abordó la perspectiva de Juan Revenga, un nutricionista que explica que las evidencias de la estrecha conexión entre los altos consumos de carne y el cáncer han existido desde 1990, cuando Harvard comenzó a investigar el tema; mismo que fue retomado por la OMS 25 años después. Por otra parte, Asención Marcos, quien también forma parte del CSIC, ha aclarado que esto no se trata de demonizar ningún alimento, sino de comprender que el balance en nuestra dieta debe implicar un consumo ocasional de los productos cárnicos, especialmente si se trata de carne roja.
De acuerdo con numerosos estudios científicos, la producción y el consumo de carne tienen un impacto directo en la contaminación alrededor del mundo, pues la ganadería representa un 14.5% de emisiones de gases de efecto invernadero, además del hecho de que para producir tan solo un kilo de carne vacuna se necesitan 15 mil litros de agua. A pesar de que la información respecto al consumo de carne se enfoca únicamente en España, esta situación parece replicarse a nivel internacional, lo que representa un grave problema.