PIENSA JOVEN

Elecciones México 2021: La batalla del neoliberalismo contra sus némesis incógnitas 

En el caso mexicano aún no sabemos con exactitud qué modelo económico-político resultará del gobierno de López Obrador

ESTILO DE VIDA

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Créditos: Foto: cuartoscuro.com

El 6 de junio los mexicanos tendrán una cita con las urnas, en el que será el proceso comicial más grande la historia de nuestro país. Se han conformado dos grandes bloques de partidos y un apéndice electoral, que en el fondo, no sólo se traducen en tres concepciones de la política, sino también de articular el modo de producción social y en consecuencia, tres formas distintas de concebir la estructuración de la sociedad y su relación con el Estado. 

De manera somera hablaremos del apéndice político, el cual está representado por Movimiento Ciudadano, un partido que apuesta por ser la tercera vía, no se inclina a los extremos  y como ellos mismos se autodefinen, son socialdemócratas. Su estrategia en este proceso electoral es conservar su registro, además de captar a los electores de centro y aquellos decepcionados tanto por las dos grandes opciones, la que encabeza Morena (por un lado) y el PRI-PAN por el otro. 

La confrontación fuerte es entre Morena y el PRIAN, aquí la colisión no sólo es por el proyecto político-ideológico, contempla también el proyecto económico que se tendrá que implementar en México en las próximas décadas. A lo largo de estos tres años, López Obrador con Morena y sus aliados en el Congreso, ha impuesto su manera personal de gobernar, la cual se caracteriza por el intento de fortalecer al Estado. Se le cataloga de izquierdista, sin embargo, está muy lejos de serlo. Su gobierno es más bien de corte keynesiano, consistente en regresar al Estado un papel activo en la economía principalmente y no dejar todo en manos del libre mercado. 

Por el otro lado está el PRIAN, una coalición ya conocida por todos, pues salvo el presente sexenio, desde 1929, año en que se fundó el PNR, han detentado el ejercicio del poder presidencial en nuestro país. El PRI, que nació como un partido con fuertes tendencias sociales -Lázaro Cárdenas es un ejemplo de ello- dio un viraje a la derecha desde la década de los 80 con el advenimiento de los tecnócratas con fuertes influencias de la escuela de Chicago y de las recetas del FMI, lo que provocó un sismo dentro de ese partido que llevó a la fractura de la que proviene el hoy presidente López Obrador. 

A contrario del proyecto ideológico y económico de López Obrador, el PRIAN es más proclive al libre mercado, con un adelgazamiento del Estado, donde su injerencia en materia económica sea mínima y el papel del Estado-Empresario sea prácticamente inexistente. 

Aquí viene el quid del asunto. El modelo económico que el PRIAN defiende está seriamente cuestionado y a nivel mundial han surgido movimientos sociales fuertes contra éste. Por ejemplo, los globalifóbicos, cuya muerte de Carlo Giuliani durante la Cumbre del G8 en Génova en 2001 lo convirtió en un ícono de la lucha en contra de la globalización neoliberal.

En América Latina tenemos varios ejemplos que han buscado sustituir al neoliberalismo, desde las llamadas “izquierdas modernas” como Bachelet en Chile o Mujica en Uruguay, pasando por los Kirchner en Argentina, Humala en Perú, Correa en Ecuador, o modelos más radicales como el de los Castro en Cuba, Evo Morales en Bolivia o Hugo Chávez en Venezuela. 

Sin embargo, todos ellos han fracasado. En el caso mexicano aún no sabemos con exactitud qué modelo económico-político resultará del gobierno de López Obrador y si proseguirá en caso de que Morena continúe en el poder, lo que sí sabemos es que AMLO y muchos de sus adherentes al interior de Morena son contestatarios de eso que se le conoce como neoliberalismo

A nivel mundial sucede lo mismo, hasta la fecha, no hay un modelo económico alterno, claro y fuerte que se vislumbre como sustituto, como lo fue el socialismo con el capitalismo a lo largo de la Guerra Fría. Por ello se podría decir que el neoliberalismo tiene hasta la fecha varias némesis incógnita, muchos inconformes, diferentes propuestas, pero ningún modelo realmente alterno. 

Este 6 de junio los mexicanos no sólo elegirán candidatos en las elecciones más grandes de la historia. Elegirán entre un modelo político, económico y de estructuración de la sociedad que aún no acaba de nacer o entre otro que aún no acaba de morir.

mgm