El cáncer de mama es una de las enfermedades más peligrosas no solo en México, sino a nivel internacional. Este tumor maligno se origina en las células de la mama, lo que implica que un grupo de células invade los tejidos que lo rodean e, incluso, puede invadir los órganos distantes del origen, fenómeno que se conoce como metástasis. Aunque el mes de octubre es el periodo dedicado a la sensibilización respecto al tema, el cáncer de mama continúa siendo uno de los riesgos más grandes para la población femenina.
Los objetivos del llamado "mes rosa" es aumentar la atención y el apoyo a la concientización de la detección temprana, el tratamiento y los cuidados paliativos derivados de esta enfermedad de la que todavía se desconocen muchos aspectos. La prevención y la detección oportuna del cáncer de mama son parte fundamental de una lucha que involucra a todas las mujeres del mundo.
¿Cómo puede detectarse el cáncer de mama?
Gracias a estudios como las mastografías o la misma autoexploración mamaria es posible detectar oportunamente el cáncer. Este punto representa el aspecto más importante respecto a la enfermedad, pues entre más rápido se localice el tumor, las posibilidades de curación incrementan. De acuerdo con el estudio "Incidencia del cáncer de mama con compromiso distante entre las mujeres estadounidenses, de 1976 a 2009", publicado en el Journal of the American Medical Association, durante los últimos 30 años, mujeres de entre 25 y 39 años fueron diagnosticadas con esta enfermedad, lo que implica un riesgo para las mujeres más jóvenes.
Para poder detectarlo a tiempo, el Instituto Mexicano del Seguro Social recomienda a las mujeres mayores de 25 años que se realicen una autoexploración mamaria después de menstruar y traten de identificar si notan algún bulto o una "bolita" en el área de los senos. Si hay algo fuera de lo normal, lo más recomendable es ir con una persona profesional de la salud para evaluar la situación y realizar estudios como una mastografía y un ultrasonido. Si se detecta algún tumor, deberá tomarse una muestra patológica y, a partir de ahí, recibir el tratamiento adecuado.
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Factores de riesgo
A pesar de que se ha establecido que a los 40 años las mujeres corren más riesgo de padecer esta enfermedad, hay una serie de factores que también deben considerarse, entre los que se encuentran: antecedentes familiares con cáncer de mama, tener más de 40 años, haber menstruado antes de los 12 años, usar anticonceptivos hormonales por más de 5 años, haber tenido el primer hijo después de los 30 años, no haber tenido hijos, menstruar después de los 52 años, tomar hormonas para la menopausia y la obesidad.
Además, también hay factores de riesgo que están directamente relacionados con el estilo de vida, por lo que se debe considerar el peligro de llevar una alimentación rica en carbohidratos y baja en fibra o tener una dieta rica en grasas animales y ácidos grasos trans, obesidad, sedentarismo, consumo de alcohol y hasta tabaquismo.
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