MAR DE CORTÉS

Playa, desierto y mucha aventura en Puerto Peñasco, Sonora

Ubicado entre el mar y el desierto, Puerto Peñasco, Sonora, es la vía de acceso a dos de las grandes maravillas naturales del país. ¿Será este el próximo gran destino playero del norte de México? Nosotros creemos que sí

ESTILO DE VIDA

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Ubicado entre el mar y el desierto, Puerto Peñasco, Sonora, es la vía de acceso a dos de las grandes maravillas naturales del país. Foto: EspecialCréditos: Especial

En el extremo norte del golfo de Baja California, en donde el exuberante Mar de Cortés se rinde ante el abrazo de uno de los paisajes desérticos más arrebatadores en el planeta, la pequeña comunidad pesquera y turística de Puerto Peñasco se antoja como la puerta de entrada a otro planeta.

O, mejor dicho, a uno nuevo: con un pie sumergido en uno de los ecosistemas submarinos más ricos del mundo y, el otro, firmemente plantado en los cráteres y las rocas volcánicas que, hace más de 8 mil años, decidieron que este sería un buen lugar para formar un desierto, la localidad, trazada como un enclave vacacional para los visitantes de ciudades como Tucson y Phoenix (ubicadas a poco más de tres horas y media por carretera), se ha acostumbrado a ver el mundo renacer todos los días.

Alimentada por el mar y desarrollada, hace un siglo, por las mafias estadounidenses que, durante la prohibición, encontraron aquí el lugar ideal desde donde traficar botellas de licor al otro lado de la frontera, desde hace más de tres décadas, Puerto Peñasco se ha reinventado como un destino de fin de semana para los viajeros estadounidenses en busca de playas majestuosas, platillos mexicanos y, claro, precios bajos.

Pero eso está cambiando. Amparado por la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar –uno de los grandes baluartes medioambientales de México– e impulsado por una pandemia global que nos obligó a reformular nuestras maneras de viajar, Puerto Peñasco sueña hoy con un futuro turístico a la altura de su naturaleza monumental. “A corto plazo, nos seguiremos promocionando en nuestros mercados naturales, como Arizona, Texas y California pero ya sabemos que, para seguir creciendo, tenemos que atraer, también, a los visitantes mexicanos”, afirma Lizette Ibarra, directora de la Oficina de Convenciones y Visitantes.

Puerto Peñasco emerge de la pandemia listo para escribir un nuevo capítulo en su historia. Suena ambicioso, pero pocos lugares parecen mejor preparados para este cometido que la bahía en donde el mundo todavía brilla con los colores de lo nuevo. Como descubrimos después de pasar una semana bajo el enérgico sol de la primavera sonorense: en realidad, este es el sitio perfecto para imaginar un nuevo comienzo.

Jugando con fuego

La misma gravedad del origen bastó para atraer al chef Javier García Cerrillo quien, hace poco más de dos años, llegó a Puerto Peñasco seducido por la idea de encontrar sobre las arenas del desierto “un lienzo en blanco” en donde empezar a dibujar una propuesta culinaria comprometida con la sencillez. O lo que él llama “sencillez” pero que supone dos habilidades bastante complejas: la de reconocer, respetar y potenciar el sabor natural de los ingredientes; y la de domar el fuego lo suficiente para construir, sobre él, su discurso gastronómico.

“Nuestra especie evolucionó cuando aprendió a controlar el fuego”, reflexiona ante la parrilla de Fire Pit Meat & Grill, el restaurante, ubicado al interior del hotel Peñasco del Sol, desde donde busca conquistar esta parte, todavía poco explorada, del mapa. Con apenas 31 años, García Cerrillo –quien entre sus referencias nombra a otros cocineros que se han hecho de un lugar propio en el fin del mundo, como Francis Mallmann– reúne, en su menú, técnicas aprendidas en los lugares tan disímiles que ha trabajado, como España, Francia y Argentina, para demostrar que, en terreno inexplorado, todavía es posible desafiar cualquier convención. 

El planeta renace

Formada después de cuatro millones de años de actividad geológica y dos de violentas erupciones volcánicas, la Reserva de la Biósfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar compone uno de los sistemas desérticos más importantes en el mundo y es, sin lugar a dudas, el punto climático de un viaje a Puerto Peñasco.

Además de practicar senderismo sobre los cráteres y las dunas que se levantan sobre el horizonte, es posible completar la visita en compañía del chef García Cerrillo quien, sobre una fogata dispuesta en el corazón del desierto, prepara un menú de barbacoa y cortes de carne entre las montañas. Reunidos en torno al fuego, el picnic, íntimo ante la exorbitante escala del paisaje que nos envuelve, nos devuelve, por fin, al origen. Y, como es de esperar, aquí nos pusimos a hablar del futuro.

Del mar a la mesa

Las ostioneras de Puerto Peñasco nos invitan a atestiguar el trabajo de los recolectores que salen del agua con las manos repletas del producto más fresco que el Mar de Cortés tiene que ofrecer. Recomendamos visitar las ostioneras Aquamar y El Barco, una cooperativa formada en 1982 y operada, únicamente, por mujeres.

Día de pesca

La pesca es otro de los grandes atractivos de Puerto Peñasco. Navega las aguas del golfo de Baja California en busca de peces, como jureles, cochis, sierras y meros, y prepara lo que hayas encontrado sin bajar de la embarcación. Claro, también podrás regresar al hotel con todo lo que hayas pescado y dejar que el chef García Cerrillo te sorprenda con una receta.

POR DOMINGO ÁLVAREZ

MAAZ