Francisco de Ibarra fundó este lugar en Zacatecas 1554. Cuenta la leyenda que cuando salió a explorar la zona, unos 60 kilómetros hacia el norte de la ciudad, encontró un ojo de agua donde crecía un pequeño fresno, razón por la que nombró a la zona “Ojo de Aguas del Fresnillo”.
La región fue poblada por familias que se dedicaron a explotar las minas de la zona, como la mina de Proaño y la de Plateros, anteriormente conocida como San Demetrio. Es en Plateros, precisamente, donde se encuentra un santuario dedicado a la imagen del Santo Niño de Atocha.
El milagroso "Niño Azul"
Este recinto es reconocido a nivel nacional como uno de los más visitados, pues anualmente se calcula la visita de 2 millones de personas, aproximadamente, que acuden al santo para agradecer o pedirle un favor; especialmente el 25 de diciembre, el día de su fiesta.
El Santuario de Plateros es el tercero más popular del país, precedido únicamente por la catedral de San Juan de los Lagos, en segundo lugar, y la Basílica de Guadalupe. El templo cuenta con una colección de retablos a un costado, considerados una prueba de al fe popular.
La imagen original del Santo Niño de Atocha en Plateros es la representación de un niño vestido de peregrino con sombrero, capa y un bastón, además de una vasija conocida como alcuza, unas espinas de trigo en la mano izquierda y una canasta en la mano derecha. Sobre el pecho posee una concha de vieira y porta sandalias.
Al Niño se le atribuyen milagros como ayudar a los mineros que quedan atrapados en una mina, por lo que las personas devotas a él abundan en esta región de Zacatecas y del mundo, pues la veneración al “Niño Azul” también está presente en España, Filipinas, Colombia, Venezuela y Honduras.
Otros atractivos de la ciudad minera
La riqueza obtenida por la explotación de las minas permanece en Fresnillo, pues la región está llena de lugares encantadores, dignos de la segunda ciudad más grande del estado. En el centro, además del Jardín Madero, se puede observar un kiosco, regalo de Porfirio Díaz para celebrar el centenario de la Independencia de México.
El monumento del Obelisco también cuenta con una importancia histórica, fue construido en 1833 e inaugurada por Antonio López de Santa Anna, quien era presidente de México. Además de contar con un reloj solar, también ofrece datos geográficos de Fresnillo, como que la distancia al Polo Norte supera los siete mil kilómetros.
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