El vínculo que se genera entre un gato y un ser humano ayuda a reducir el resto de desarrollar enfermedades cardiovasculares en los adultos. Mientras que a los menores les ayuda para prevenir alergias o presencia de asma.
Según el blog de la Fundación Affinity, algunos estudios muestran que los dueños de los felinos desarrollan signos de mejor salud física que los demás. Incluso, la American Heart Association reconoció que la convivencia con un gato o perro puede ayudar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Aunque estos beneficios los dan los dos animales domésticos, quienes prefieren a un gato percibe experiencias distintas ya que los felinos aprenden a orinar y defecar en su arenero desde el primer día. Tampoco requiere de mucha atención, como un chachorro. Incluso, puede pasar mucho tiempo sin la compañía de sus dueños.
Por otra parte, un estudio realizado en Australia a unos 200 personas arrojó que quienes tenían un gato como mascota mostraban mejores indicadores de bienestar psicológico. En este mismo sentido, Affinity reveló que el 67 por ciento de los dueños afirman que los gatos son un gran apoyo emocional cuando atraviesan momentos difíciles.
El origen de la socialización
Mientras que un 80 por ciento de los propietarios indicó que no se sienten solos con la presencia de su gato. Mientras que Carlos Rodríguez señala que el gato doméstico actual desciende del gato salvaje africano y de sus cruces con otras especies, entre ellas, el gato indio del desierto.
Es por ello que para que esta especie pueda convivir en la actualidad con los humanos necesitó experimentar un proceso de socialización o domesticación, que según el autor proviene de su estancia en Egipto en dos mil quinientos años antes de Cristo.
Con información de medios.
rcb