En 2014, durante una remodelación urbana de la entidad de Puebla se encontraron unas estructuras que se cree fungían como conectores de iglesias con antiguos edificios. Estos túneles que constituyen una red de caminos subterráneos fueron construidos entre los siglos XVI y XVIII.
Este hallazgo que era considerado una leyenda, reveló que en Puebla, una de las primeras ciudades formadas durante la colonia española, se trasladaba la riqueza de la iglesia Católica a través de estos túneles, lo cual reafirmó la idea de que la región funcionaba como un centro habitacional del clero novohispano.
De acuerdo a la época de la construcción se descubren diferentes estilos arquitectónicos y hasta ahora se han encontrado 15 diferentes sistemas de arcos; sin embargo, sólo se han recuperado 10 kilómetros de los túneles, de los cuales sólo se ha explorado un 10 por ciento. De hecho se estima que la recuperación total tomaría una década.
En 2017 se inauguró un túnel de 1030 metros denominado "Pasaje histórico 5 de mayo", ubicado a cinco metros de profundidad, éste originalmente contaba con siete metros de altura, lo que propiciaba el paso de la artillería a pie, los carros y la caballería, lo cual dio la pauta para diversas historias y anécdotas.
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Durante el rescate de las estructuras subterráneas que pueden ser visitadas, se encontró un escudo antiguo de la ciudad de Puebla, este relieve que fue tallado en piedra fue asignado por la corona española en 1790.
También se encontró el Puente de Bubas, una estructura de piedra del siglo XVII cuyo nombre surge debido a que éste era la vía que conducía a un hospital de la orden de los franciscanos quienes atendían a los enfermos de la peste bubónica. El puente que permitía cruzar el río San Francisco fue entubado en la década de los 60.
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