El pie puede sufrir dolor de cualquier tipo, ya sea por una lesión muscular, por pisar mal o por tener un calzado incómodo y rígido. En los últimos meses han crecido las consultas a traumatólogos y kinesiólogos por una molestia que es más frecuente de lo normal. Se trata de la fascitis plantar, que según estudios recientes afecta al 30% de la población en algún momento de su vida.
Este dolor en el pie es definido como inflamación de la fascia plantar, un lugar del tejido que cubre el músculo de la planta del pie. Específicamente la molestia comienza en el hueso del talón y termina en la región de la cabeza de los metatarsianos. Esta lesión se genera habitualmente por el sobrepeso o por problemas en otras partes del cuerpo como el glúteo, el abdomen y los cuádriceps.
Al respecto, la Dra. Marisa Gómez, de Madrid, explica: "Esta estructura es muy superficial, se encuentra justo por debajo de la grasa y la piel de la planta del pie, y tiene una importancia fundamental para el mantenimiento de la anatomía del arco plantar, de la bóveda del pie, y para el desarrollo normal de la pisada. Es pues un elemento anatómica y biomecánicamente muy importante", contando sobre el origen del dolor.
Esta lesión puede ser, por momentos, insoportable. Sin embargo especialistas recomiendan realizar una serie de ejercicios para aliviar el dolor. La metodología principal es el estiramiento y para calmar la molestia tendrás que ponerte en el piso, boca arriba, con una pared al costado de forma en que logres estirar el pie y tocar la estructura, mientras el coxis queda clavado en el piso, la cadera recta y la cabeza sobre el suelo.
Con el pie que tiene la lesión elevado, es necesario empujar hacia la pared durante tres segundos y después quitar la pierna de forma recta, sin doblar la rodilla, durante tres segundos más. Este ejercicio para aliviar el dolor debe ser repetido cinco veces y después flexionar el tobillo desde arriba hacia abajo durante diez repeticiones.