MAR DE CORTÉS

¿Qué hacer en La Paz, Baja California Sur? Estos son los 6 imperdibles del “Acuario del mundo”

Esta ciudad es uno de los destinos más apacibles de México y refugio de uno de los cinco grandes ecosistemas marinos del mundo

ESTILO DE VIDA

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La escultura El viejo y el mar, en el malecón de La Paz, rinde tributo a todos los navegantes del mundo que se han aventurado a recorrer los océanos. Foto: CortesíaCréditos: Foto: Cortesía

Cuando Jacques Cousteau, el célebre oceanógrafo y explorador francés, navegó por las costas de Baja California jamás imaginó las maravillas que encontraría en las profundidades del imponente Mar de Cortés, refugio de 37 por ciento de la vida marina del mundo.

Levando el ancla y soltando las amarras del Calypso, ubicó a más de 36 mamíferos marinos, 31 especies de cetáceos, cinco de las siete tortugas del mundo, más de 700 tipos de peces y al menos seis mil macro invertebrados. No había duda, Cousteau se encontraba ante el acuario del mundo, nombre con el que haría popular y mundialmente reconocidas a las costas sudcalifornianas.

Puerta al Mar de Cortés

Con una extensión de más de 258 mil kilómetros cuadrados, el Golfo de California, con sus frías aguas cristalinas, baña la costa de la ciudad de La Paz, lugar que rinde honor a nombre y, que desde 1974 es capital de Baja California Sur.

Tiene pocos habitantes, poco más de 220 mil. En ella el tiempo transcurre apaciblemente, pero no por ello inerte, aquí la vida se asoma en cada rincón. La gente se conoce y se saluda por las calles, algunos por sus nombres y otros tantos con la sonrisa. En esta ciudad, los autos se detienen a darte el paso, sí, además, es un paraíso cívico.

El primer paso obligado es por el malecón, cinco kilómetros adornados con esculturas de bronce y vistas espectaculares hacia la bahía. Por las tardes la gente acostumbra tomar una nieve, andar en bici, correr o patinar, mientras que por las noches “maleconear” es lo habitual, y también comer un “jate”, como le dicen a los hot dogs estilo Baja.

Más que un antojo

Bismarkcito es una excelente opción para comer por su inigualable ubicación con vista al Mar de Cortés y sus siete especialidades para preparar pescados y mariscos. El local nació como un puestecillo de tacos, sin embargo, hoy es uno de los restaurantes más reconocidos de La Paz. También se sirven desayunos y cenas, pero su horario estrella es el de la comida, entre las dos y cuatro de la tarde.

Para bajar la comida puedes optar por dar una vuelta por el centro de la ciudad. Vale la pena entrar a la Catedral de Nuestra Señora del Pilar de la Paz, misión jesuita de cantera rosa y estilo neoclásico fundada en 1720 por Juan de Ugarte y Jaime Bravo.

La perla de la Paz

Antes de volver al malecón tienes que conocer los vestigios de lo que alguna vez fue “La Perla de la Paz"(1860), el primer gran almacén de la península de Baja California, por ser el principal centro comercial entre navegantes de la época. Ahí se intercambiaron las perlas extraídas de la bahía por artículos de lujo procedentes de Asia y Europa.

Se dice que, en uno de los viajes realizados por la comitiva real inglesa, Don Antonio Ruffo, dueño del establecimiento, regaló una de las perlas más grandes e impactantes a la familia real. La perla causó tal furor en Europa que fue incrustada en la parte frontal de la corona de Inglaterra, la cual permanece ahí hasta nuestros días.

Al agua

Es curioso que los paceños no utilicen la playa del malecón para nadar e incluso vean con ojos de desapruebo a quienes lo hacen. Algunos de los lugareños opinan que es la playa más contaminada de la zona, sin embargo, el calor, su color turquesa y el poco oleaje incitan a romper la norma local.

Lo que sí practican ahí es el Paddle Board, que consiste en mantener el equilibrio sobre una tabla y remar, si tienes suerte tu camino puede ser acompañado por delfines. El lugar más popular para llevar a cabo este deporte acuático es Harker Board.

Las playas

La mayoría son tranquilas, sin olas, con arena blanca y suave, rodeadas por desierto y aguas cristalinas que van desde el verde esmeralda hasta el azul cielo.

Para algunos turistas, tanto nacionales como extranjeros, una de sus mayores virtudes es que no hay vendedores interrumpiendo cada cinco minutos, ni tampoco el típico parachute volando sobre tu cabeza yendo de un lado a otro. Toma tus previsiones y lleva suficientes snacks y agua, pues tampoco hay muchos restaurantes ni tiendas.

El Caimancito

Se Encuentra sobre la carretera escénica y a sólo diez minutos del centro de La Paz. Su playa es una gran alberca, el agua no llega más allá de la cintura; es perfecta para disfrutar con los más chiquitos.

El Caimancito. Foto: Cortesía

Pichilingue

Está muy cerca del muelle de cruceros. Es el sitio ideal para alejarte de las multitudes y ruidos. En esta playa hay dos restaurantitos de mariscos, donde es obligado pedir almejas chocolatas.

Balandra

Sin duda, este es el litoral más impresionante que podrás encontrar en este destino. Es casa de la formación rocosa "El Hongo”, que ha ganado fama por su estructura e incluso ya es considerada como un monumento natural emblemático de La Paz.

Balandra. Foto: Cortesía

El Tecolote

Sobre la carretera escénica de La Paz y en la punta de la bahía. Desde este punto se puede apreciar la isla Espíritu Santo, este sitio es ideal para el camping. En su playa hay algunos restaurantes.

El Tecolote. Foto: Cortesía

Tesoro mexicano

Descubierta en 1535 por Hernán Cortés, la Isla Espíritu Santo fue reconocida durante siglos por los grandes marineros, piratas y exploradores como la "Isla de las Perlas”, ya que hasta el siglo XIX fue la primera y única granja de ostiones de perlas del mundo.

Es una isla grande, cuenta con 102 kilómetros cuadrados y está rodeada por un conjunto de isletas: Isla Partida, Los Islotes, La Ballena, El Gallo y La Gallina.

La biodiversidad de este complejo insular es simplemente asombrosa, tiene registradas 32 especies de reptiles, 98 tipos de aves, entre las que destaca el pájaro bobo de patas azules, que sólo habita aquí, en las Islas Marietas en la Riviera nayarita y en las Islas Galápagos. Al menos 16 especies endémicas y decenas de restos arqueológicos del grupo indígena Pericu.

Aquí puedes hacer esnórquel, apreciar el suelo marino y nadar junto a la colonia de lobos marinos más grande del mundo y la única en la que se puede interactuar con ellos.

Para los amantes del buceo, es imprescindible visitar el barco hundido Salvatierra, en el Canal de San Lorenzo, que actualmente es un arrecife artificial cubierto por coral negro y habitado por una gran cantidad de moluscos, además de ser un importante punto de avistamiento de barracudas, meros y peces loro. De octubre a marzo, llega a esta zona el pez más grande del mundo, el tiburón ballena.

La temporada de avistamiento de ballena gris comienza en enero y termina a finales de marzo en Bahía Magdalena y la Laguna Ojo de Liebre, en la Biósfera de la Reserva del Desierto de Vizcaíno, mejor conocido como Santuario de la Ballena Gris.