La Wanders Lover, comediante mexicana conocids por ser miembro de Guerra de Chistes, es una de las más exitosas modelos de las redes sociales, donde se dedica a la venta de contenido exclusivo, pero también es productora y actriz.
Su carrera en el medio del espectáculo ha estado llena de grandes retos y numerosos resultados positivos, pero también de tropiezos y momentos oscuros como la violencia, el acoso sexual, e incluso un secuestro.
El primer acercamiento violento
La Wanders era parte de la producción de "La semecienta", una obra de teatro, cuando vivió su primer momento de terror. Una noche, el crimen organizado les pidió hablar con ellos. Supuestamente se presentaron como los jefes de plaza.
"Me fui con mis compañeros a esperar. Nos tenían encerrados. Había mucha gente, yo solo vi a uno con una pistola en la parte de atrás. Supongo que todos venían armados", dijo.
Al final de las negociaciones les quitaron la mitad de la taquilla que ganaron entonces. Lamentablemente todos tuvieron que cobrar la mitad del sueldo, y lo entendieron. Los criminales, además, les llevaron tacos una vez culminada la transacción.
Las cosas con la violencia en contra de los artistas, aunque no lo sabía en ese momento, se pusieron mucho peor, al grado de sufrir en carne propia un doloroso secuestro durante la gira de "Guerra de Chistes".
El secuestro de La Wanders
Las accio es sucedieron en el Estado de México, cuando fueron a dar un espectáculo de la gira Guerra de Chistes. Llegaron separados en esa ocasión y al llegar al inmje le se les atravesó una camioneta con hombres sumamente violentos.
Se bajaron unos sicarios armados para ir con ellos y les apuntaron para bajarlos de la camioneta, una Cadillac del año que acaba de comprar la comediante por su portada en la revista Playboy.
A La Wanders y su pareja, Radamés, fueron pasados a la parte de atrás y dura te varias horas los acompañaron cuatro personas con quienes negociaban mientras daban vueltas hasta que se detuvieron en un callejón.
En ese momento dejaron que se fuera el comediante a conseguir el dinero necesario para que los dejaran libre. Aseguraron que ella podía ir con la policía y denunciarlos, así que la retuvieron en contra de su voluntad. La cambiaron de coche, se la llevaron amarrada, tapada de los ojos.
"Fue el momento más duro que pudo pasar. Soltarlo y que nos jalaran y dejarme ahí. Sentí un zumbido en el oído", describió.
Cerca de tres horas la llevaron hasta una casa, donde le pidieron que se hiciera la borracha, y se metiera con ella a un supuesto multifamiliar. Recordó que gracias a su agudo oído pudo escuchar todo a su alrededor. Estuvo ahí en un colchón tirada en el piso durante cinco días.
Siempre había una persona que la trataba muy bien, y otra que cuando la cuidaba se burlaba de ella y pretendía humillarla, hasta el punto de desarrollar un síndrome de estocolmo con el primero.
El rescate de La Wanders
Llegaron a pedir hasta cinco millones, pero sólo pagaron una parte. Incluso entregaron pertenencias en especie. Les entregaron, por ejemplo, la camioneta Cadillac, y algunos amigos se unieron a la causa. Óscar Burgos, Platanito y Las Lavanderas, por ejemplo, ayudaron.
En ese momento, dijo, únicamente pensaba en sus hijas, y quería que se las llevarsn del país para que no llegaran a encontrarse con ellas. Las tenían bien estudiadas y hasta le dieron algunos nombres para asustarla.
La entrega del dinero fue una difícil decisión, y les aseguraron que debían estar dispuestos a dar la vida. Fue su primo quien lo llevó a las diversas zonas. Lo mandaron a Perisur, Ciudad Neza, Aragón y otras partes. Dejó el dinero en dos partes en botes de basura.
Luego del pago la liberaron en un lote baldío cerca de las 2:30 de la madrugada, donde apareció un sujeto casi de la nada para brindarle su ayuda, y le dio unas monedas para llamar por teléfono. También le ayudó a parar un taxi que la llevó al Aeropuerto.
A los secuestradores los atraparon cuando pretendían viajar a una ciudad al norte de México. El jefe era un ex judicial, y su esposa estaba ligada al campo médico, y se dedicaba a realizar las amputaciones, entre otras cosas violentas. Ellos no asistieron al careo, pues querían olvidarse de todo, informó.