De las más de 50 películas que hizo Mario Moreno “Cantinflas” a lo largo de su brillante carrera en el cine, solo una de ellas logró causar un gran alboroto entre la comunidad religiosa, incluso, dicha cinta fue solicitada por un papa, por lo que “El Gran Mimo de México” no tuvo otra opción más que enviar una copia de su película al Vaticano donde fue revisada de forma exhaustiva.
Para empezar a abordar el tema, es importante señalar que la relación entre el cine y la iglesia ha sido sumamente contrastante a lo largo de la historia pues si bien algunas cintas han servido como método de adoctrinamiento, algunas otras han sido todo lo contrario, por lo que la comunidad religiosa montó una especie de campaña de vigilancia permanente para saber qué películas sí recomendar y qué otras desprestigiar y hasta en algunas ocasiones han ejercido presión para que sean censuradas.
En ese sentido, “Cantinflas” siempre fue un personaje sumamente político, sin embargo, siempre evitó abordar temas religiosos que lo pudieran meter en problemas, pero fue hasta el año de 1964 cuando finalmente se animó a hacer una película cuya temática se desarrolló enteramente en un ambiente eclesiástico y dicha cinta fue “El Padrecito”.
En dicha cinta, “Cantinflas” le dio vida al personaje del "padre Sebastián”, un sacerdote joven con ideas completamente revolucionarias para la parroquia en la que quedo al frente, además, tenía muy buenas habilidades para los juegos de azar, lo cual, evidentemente no era bien visto pues hasta ese entonces todo lo relacionado con la iglesia se trataba con completa solemnidad, sin embargo, su simpatía, su carisma y su buena voluntad lo hacen ganarse el cariño del pueblo y al final un obispo lo reconoce y le asegura que la iglesia necesita una inyección de juventud y de alegría, lo cual, podría haber resultado ofensivo para la iglesia.
Como era de esperarse, este film de “Cantinflas” tuvo una gran repercusión, prueba de ello es que tuvo un gran éxito en taquilla y solo en México sino en diversos países de Latinoamérica y hasta en Europa, por lo que el eco que causó no tardó mucho en llegar al Vaticano y en aquel entonces el sumo pontífice era Paulo VI, quien dejó huella por promover la apertura de la iglesia para una renovación, lo cual, fue clave para que la cinta de “El Padrecito” contara con su aprobación.
Tras la aprobación del Vaticano a la película de “El Padrecito” el papa Paulo VI solicitó una copia de la película para agregarla a los archivos de la Santa Sede y se dice que fue el propio Mario Moreno “Cantinflas” quien se encargó de enviar la cinta original.
Cabe mencionar que, pese al éxito de “El Padrecito”, esta fue la única película que “Cantinflas” hizo con temática religiosa, aunque sí se volvió a poner el hábito “El Patrullero 777”, no obstante, solo fue en un par de escenas.
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