Hace un par de días Netflix anunció el inicio de las grabaciones de la adaptación cinematográfica de "Pedro Páramo", un clásico de la literatura latinoamericana. No es exageración decir que el gigante del "streaming" se ha echado a cuestas un reto monumental, de esos en que se juega más que el pellejo.
Y es que la novela del mexicano Juan Rulfo ha maravillado a generaciones enteras alrededor del mundo por la manera en que logra construir el ambiente de la provincia postrevolucionaria con todo su misticismo, por cómo logró retratar al "México profundo". ¿Qué director, qué fotógrafo, qué actor será capaz de hacer justicia a la prosa del autor nacido en San Gabriel, Jalisco (aunque algunos biógrafos disputen este dato). El currículum de los encargados para llevar a la pantalla chica la adaptación luce prometedor, pero nadie puede garantizar el resultado final.
El fotógrafo Rodrigo Prieto, ganador del Ariel y nominado al Óscar, dirige la cinta. Mateo Gil adaptó el guión. Manuel García-Rulfo y Tenoch Huerta serán los protagonistas encarnando a Pedro Páramo y Juan Preciado, respectivamente.
Para entender "Pedro Páramo" hay que entender a Juan Rulfo, un huérfano que vivió en carne propia el despojo y la destrucción de los hacendados cuando las bandas revolucionarias daban sus últimos latigazos en un país desordenado y devastado por 10 años de guerra intestina. De ahí que la pobreza fantasmagórica se retrata en su obra, lo mismo que en "El llano en llamas". ¿Logrará Netflix transmitir esa compleja narrativa en 120 minutos? Parece imposible.
"Cien años de soledad", otra misión casi suicida
A casi una década de la muerte del premio Nobel, Gabriel García Márquez, sus hijos Rodrigo y Gonzalo, producen para Netflix la obra maestra "Cien años de soledad", otra joya de la literatura universal que encumbró al realismo mágico.
Adentrarse en la lectura de la novela es una maravilla narrativa que recrea con magistral precisión Macondo, un pueblo alejado de la sociedad donde la magia y la naturaleza se funden en una sola idea, abrazando a personajes entrañables como Melquíades o tan complejos como el general Aureliano Buendía.
Lo que tomó forma en la imaginación de millones de lectores deberá ser ahora expresado en imagen y sonido a través de una pantalla, ¿cómo se podrá conciliar el rostro que cada uno imaginó con la elección que hagan los productores? El mismo dilema que se enfrenta cada que se adapta un libro a una película.
En la historia de las adaptaciones literarias al séptimo arte hay lo mismo grandes éxitos que fracasos. "El Padrino" de Francis Ford Coppola logró que muchos de los lectores del libro de Mario Puzo se sintieran más que satisfechos. Lo mismo rondan las críticas a la saga de Harry Potter, aunque se debe puntualizar que en ambos casos, los escritores acompañaron de la mano la realización de la película. "El Señor de los Anillos" de J. R. R. Tolkien libró con maravillosa calidad el paso de las letras a la pantalla.
Para aquellos que no han tenido la fortuna de leer "Pedro Páramo" y "Cien años de soledad", las películas de Netflix pueden ser una buena oportunidad para acercarse a las historias, pero los lectores que atesoran la experiencia, serán críticos implacables de dos proyectos arriesgados, muy arriesgados.
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