CINE DE ORO

Joaquín García “El Borolas”, el comediante que logró brillar en el Cine de Oro y en la masonería

El famoso histrión participó en más de un centenar de cintas a lo largo de su exitosa trayectoria

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El simpático cómico brilló junto a las más grandes estrellas de la época. Créditos: Mediateca INAH

Joaquín García Vargas, quien era mejor conocido como “El Borolas”, logró entrar en los libros de Historia de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano gracias a que su talento y simpatía le permitieron brillar en decenas de producciones junto a las más grandes figuras del momento, sin embargo, hay una faceta del histrión que no es muy conocida pero es sumamente interesante pues resulta que el afamado histrión fue un distinguido miembro de la francmasonería y será precisamente de este tema del que hablaremos en esta ocasión.

Antes de adentrarnos de lleno en el tema de “El Borolas” y la masonería, es importante señalar que Joaquín García era originario de Morelia, Michoacán donde nació en el año de 1922 y aunque no hay mucha información disponible sobre su vida familiar o de sus primeros años de vida, se sabe que fue en su juventud cuando comenzó a trabajar dentro del ambiente artístico pues formó parte de distintas carpas itinerantes con las que recorrió distintos sitios del país.

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"El Borolas" (izquierda) se codeó con los actores cómicos más importantes de la época. Foto: Redes 

Hasta donde se sabe, Joaquín García desde siempre tuvo facilidad para desenvolverse dentro de la comedia pues su personalidad era sumamente bonachona, prueba de ello es que adoptó el estilo de Charles Chaplin a la hora de elegir sus vestuarios, lo cual, lo hizo fácilmente identificable en el ambiente artístico, donde desde sus inicios también se hizo popular por el peculiar apodo de “El Borolas”, cuyo origen se desconoce.

La llegada de “El Borolas” al cine nacional ocurrió en el año de 1949 bajo la tutela de Estanislao Schillinsky en la cinta “Nosotros los rateros” y desde entonces no le faltó el trabajo en la pantalla grande pues, aunque sus papeles eran secundarios siempre encontraba la manera de destacar gracias a sus divertidas intervenciones, por lo que se hizo uno de los actores más solicitados del momento y logró compartir créditos con todas y cada una de las luminarias de la época.

"El Borolas" logró ser uno de los cómicos más respetados del ambiente artístico. Foto: Redes 

Al finalizar la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, “El Borolas” fue uno de los pocos actores cómicos que lograron mantenerse vigentes, en su caso, lo consiguió debido a la versatilidad para saltar entre géneros cinematográficos sin la necesidad de tener que despojarse de los principales rasgos del personaje que ya había creado, por lo que gracias a esto se pudo mantener activo hasta entrada la década de 1990 cuando tuvo que alejarse del ambiente artístico a causa de distintas enfermedades que el 1993 le terminaron arrebatando la vida.

“El Borolas” y su faceta poco conocida en la masonería

Joaquín García era muy hermético con su vida personal por lo que se desconoce si estuvo casado y si tuvo descendencia, sin embargo, de las pocas cosas que se hicieron públicas del comediante es que fuera de las cámaras era auténticamente otra persona y esto se debía a que era un respetable y honorable miembro de una logia de francmasonería.

"El Borolas" también brilló en la pantalla chica. Foto: Redes 

Hasta donde se sabe fue Mario Moreno “Cantinflas” el encargado de introducirlo al mundo de la francmasonería pues “El Gran Mimo de México” también era un reconocido miembro de esta organización mundial que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad a través de las ciencias y las artes.

De acuerdo con distintos documentos revelados hace unos años, “El Borolas” perteneció a la Muy Respetable Logia Simbólica “Atlántica no. 67” de la Ciudad de México donde alcanzó el grado de compañero masón y tras su muerte se le otorgó el sublime grado de “maestro masón” y hasta donde se sabe en la sede de la logia a la que pertenecía se colocó un enorme mural en su honor.