Una mujer seduce a un joven y lo convence de asesinar a su amante, pero la tragedia se desencadena cuando éste se suicida. Esta es la premisa de la cinta "La Devoradora", película que María Félix filmó en 1946 y que, en su momento, representó un hito para la época puesto que mostró a la actriz en situaciones que se pudieron pensar como demasiado provocadoras.
Ataviada con una bata ligera que dejaba poco a la imaginación y con la belleza que le caracterizaba a los 32 años, fue que María Félix se plantó en este melodrama dando vida a Diana, una mujer que es capaz de cualquier cosa con tal de salirse con la suya, incluso, de cometer crímenes o aprovecharse de los hombres para robarles su energía, seducirlos y que estos ejecuten sus designios.
Con este papel, Félix se plantó en escena dispuesta a todo y, para la forma de filmar a mediados del siglo XX, fue sobresaliente que posara en ropa de cama y luego desde la regadera, algo destacado para el Cine de Oro.
¿De qué trata "La Devoradora" con María Félix?
María Félix es Diana, “la devoradora”. La trama se inicia cuando su primer novio, un joven sin dinero quien la confronta al enterarse que ella se casará con un hombre de edad y adinerado sólo por interés y se suicida. Al tener el cadáver en su casa, involucra a su prometido y al sobrino de éste para que la ayuden a desaparecer el cadáver. Sin embargo, también utilizará sus encantos femeninos para conquistar al sobrino, con quien tendrá relaciones.
La dirección corrió a cargo de Fernando de Fuentes, el guion fue del mismo Fuentes junto a Paulino Masip. La música corrió a cargo del destacado compositor Agustín Lara, quien en ese entonces era el esposo de la diva. La fotografía fue realizada por Ignacio Torres (B&W) y el reparto se complementó con María Félix, Luis Aldás, Julio Villarreal, Felipe de Alba, Arturo Soto Rangel, Conchita Gentil Arcos, Salvador Quiroz, Manuel Arvide, Humberto Rodríguez y Salvador García.
La Doña posa desde la ducha
Con la juventud como su mejor aliado y la belleza como su arma de seducción, María Félix tiene una escena en "La Devoradora" donde está en la cama, recostada, platicando con su ama de llaves y confidente. En ese momento, amanece y recibe el desayuno en la cama, momento en el que debe salir de ésta para dirigirse a dar una ducha.
Es ahí donde María sale de entre las sábanas y pasa frente a la cámara con una bata que, en ese entonces, cautivó por dar una idea más precisa de la belleza de María. Luego de esto, en otra toma se puede ver a María desde la ducha pero con una cortina tapando ese momento, dejando a la imaginación su silueta como una sombra y permitiendo solamente verle cuando ella saca una mano y parte de cuerpo para tomar su toalla.
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