Este 31 de agosto se cumplen 25 años de la muerte de uno de los personajes femeninos que más han marcado la historia: la princesa Diana de Gales, quien además de amar a su pueblo hasta su último aliento, dio clases de empoderamiento, consagrando su vida a ayudar a los demás.
Sin embargo, la mujer también conocida como Lady Di no tuvo una vida sencilla, pues su acercamiento con los súbditos no era bien visto por la corona, quien consideraba que se debía guardar cierta distancia con el pueblo.
Pero esto no fue un impedimento para que la princesa Diana se acercara en diversas ocasiones a ayudar a los más necesitados, demostrando que su belleza provenía del fondo de su corazón.
Aunque es inevitable hablar de lo hermosa que era su apariencia física, la cual además de ser muy natural, carecía de frivolidades, pues la sencillez era otro de los grandes atributos de esta integrante de la familia real.
Sin necesidad de usar ostentosa joyería o atuendos demasiado pomposos, la princesa Diana siempre lucía impecable y le prestaba especial atención a los detalles.
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Es por ello que los accesorios nunca faltaban en sus atuendos llenos de luz y vida, mismos que la hicieron el blanco de la prensa en más de una ocasión.
Lo cual, según se rumora, incomodaba a la familia real, misma que se veía opacada ante la benevolencia de la princesa Diana, quien lejos de buscar la fama, quería generar un cambio social.
Y este activismo propio de ella, la hizo muy popular no solo en Inglaterra, sino en todo el mundo, mismo que lamento su sensible fallecimiento el 31 de agosto de 1997, cuando en un trágico accidente automovilístico, la reina de la nobleza perdió la vida en un evento que aún hoy en día está envuelto en rumores y acusaciones.
Aún así, la versión oficial afirma que entre la noche del 30 y la madrugada del 31 de agosto de aquel año, Lady Di y el millonario Dodi Al-Fayed trataban de evitar a los paparazzis, por lo cual circulaban a gran velocidad por el obscuro túnel del puente del Almá en París.
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Pero la tragedia los alcanzó, quitándole la vida Al-Fayed al instante, mientras que su querida acompañante fue llevada al Hospital de la Pitié-Salpêtrière, donde tras varias horas de aferrarse a la vida, posiblemente motivada por el amor a sus pequeños Enrique de Sussex y Guillermo de Cambridge, finalmente cerro sus ojos para siempre.
Con su muerte, el pueblo de Inglaterra quedó devastado, su eterna defensora había muerto y la casa real no le rindió el homenaje que se esperaba en su nombre.
Aún así, las publicaciones de la época llenaron sus páginas de la vida y obra de Diana Frances Spencer, nombre completo de la mujer que ha inspirado libros, series, películas y documentales.
En dichos productos basados en la vida de Lady Di se ha podido vislumbrar un poco de lo complicada que fue su vida a lado del príncipe Carlos, quien además de alejarla de su vida social, la excluyó de su vida personal.
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Así, pasó poco tiempo para que las infidelidades del príncipe Carlos comenzaran a comentarse, afectando profundamente a Diana de Gales, quien además de pasar por una profunda depresión, enfrentó cuadros de bulimia.
Pero como toda una guerrera, Diana de Gales emergió como un ave fénix y no dejó que las heridas del corazón la distrajeran de su verdadera vocación: ayudar a la gente.
Mientras el hijo de la reina Isabel II no hizo público su adulterio, Lady Di se mantuvo inerte a lado de él, encabezando a su lado diversos eventos oficiales.
Pero el príncipe Carlos decidió hacer oficial su amorío a lado de Camilla Parker Bowles, quien años más tarde se convertiría en su segunda esposa, a pesar de toda la controversia que envolvió a su romance.
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Y la fecha en la que decidió hacerlo coincidió con un evento en el que Diana estaba invitada, la fiesta que en 1994 Vanity Fair dio en la Serpentine Gallery de Londres.
Por ello, la princesa Diana llegó a considerar no asistir al evento, pero finalmente le dio una cachetada con guante blanco a su esposo, pues no solo asistió a la fiesta, sino que lució más bella y poderosa que nunca antes.
Es así que sin siquiera pensarlo, Lady Di creo el concepto del llamado "vestido de la venganza", pues algunos de los allegados a Lady Di, aseguran que con este acto, Diana quiso convertir su asistencia a la fiesta de Vanity Fair en una venganza contra su ex.
De hecho, según la publicación mencionada, al día siguiente de la fiesta, la fotografía que acompañaba la confesión del príncipe Carlos mostraba a una Diana de Gales dispuesta a comerse el mundo y con todos los elementos para lograrlo.
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