Es frecuente que se den a conocer historias de personalidades que triunfaron en el gremio del espectáculo y que ahora llevan una vida alejada de los reflectores, así como del ajetreo de la fama. Este es el caso de una actriz de telenovelas que tuvo su época de éxito hace varias décadas y que ahora ha vuelto a llamar la atención.
Se trata de Alejandra Procuna, quien saltó a la fama luego de que en 1988 fue seleccionada como "Rostro de El Heraldo", reconocimiento que hace un par de décadas atrás era emitido por esta casa editorial. Luego de recibir dicho premio, la joven Procuna estableció su ruta a seguir dentro del mundo de la actuación tras estudiar en el CEA.
Fue una famosa villana de telenovela
Alejandra debutó como actriz en la obra teatral “Pedro y el lobo” y posteriormente fue invitada a trabajar en televisión, su debut se dio en los melodramas “Yo compro esa mujer” y “Cenizas y diamantes”, en esta última destacó como una de las malvadas hermanastras de la protagonista Lola Merino.
La actriz de 50 años trabajó con grandes personalidades del gremio del espectáculo y la actuación en México, algunos de ellos fueron Victoria Ruffo y Saúl Lisazo en la telenovela “Vivo por Elena”, pero esta no fue la única exitosa producción para la pantalla chica en la que trabajó, sino que también colaboró en diversas creaciones de Televisa como “Duelo de pasiones”, “Huracán”, “Vivo por Elena”y “Tormenta en el paraíso”, entre otras.
Además, la actriz de actualmente 53 años brilló como villana en melodramas como “María la del barrio”, “Salomé”, “Amy, la niña de la mochila azul”, “Nunca te olvidaré” y “¡Vivan los niños!” .
Ahora hace esto para sobrevivir
La nacida en Ciudad de México participó en más de 25 dramas con Televisa, sin embargo, perdió su lugar en la televisora en 2017 y asegura que además fue vetada por la empresa, sin precisar los motivos de su partida.
Luego de quedarse sin proyectos y sin trabajo, Alejandra intentó de todo para salir adelante económicamente, pero la opción más viable y efectiva que encontró fue comprar un par de vehículos a los que registró con la aplicación Uber, en los que ocasionalmente se le ve como conductora, pues ha revelado que es una mujer a la que le enseñaron a ganarse la vida y crear sus propias oportunidades.
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