Luis Aguilar es recordado como uno de los máximos galanes de la Época de Oro del Cine en México, sin embargo, muy pocos saben que antes de ser famoso tuvo un trabajo sumamente peligroso en el que diariamente se jugaba la vida, por lo que en esta ocasión te contaremos acerca de esta faceta del querido histrión que también era conocido como “El Gallo Giro”.
El nombre completo del actor era Luis Aguilar Manzo y hasta donde se sabe pasó sus primeros años de vida en Hermosillo, Sonora, ciudad en la que nació el 29 de enero de 1918, no obstante, debido a su inquieta personalidad sus padres decidieron inscribirlo al Colegio Militar donde realizó todos sus estudios básicos y de nivel medio superior, más tarde en la misma institución intentaría estudiar una ingeniería, sin embargo, la abandonó y comenzó a trabajar en el departamento agrario de la Secretaría de Hacienda.
Tras algunos meses en los que descubrió que la burocracia no era lo suyo, Luis Aguilar decidió mudarse al puerto de Mazatlán en Sinaloa donde tuvo el trabajo más peligroso de su vida pues sin saber mucho acerca de la vida marítima incursionó en la pesca de tiburones, actividad en la que ponía su vida en riesgo constante, no obstante, logró establecerse para poder salir adelante.
Cabe mencionar que, tras su época como pescador de tiburones, Luis Aguilar conservó su personalidad dicharachera, la cual le sería de mucha utilidad para llegar al cine, así como una fuerte adicción a la bebida, pues se dice que el actor tenía que estar bebiendo alcohol de forma constante para tratar de lidiar con el cansancio que implicaba una extenuante ocupación como la pesca de escualos.
Luis Aguilar y su ascenso a la fama
Durante su época como pescador, Luis Aguilar alternaba su tiempo entre Mazatlán y la Ciudad de México debido a que su familia vivía en la capital del país y en una de sus visitas fue invitado a una fiesta en la que le pidieron cantar ya que su talento interpretativo era conocido entre su círculo cercano, pero lo que no se imaginaba es que en la misma fiesta estaba el productor de cine Robert Quigley, quien asombrado por su talento no lo pensó dos veces y al finalizar su actuación le propuso trabajar como actor en el cine lanzándolo al estrellato casi de forma inmediata con la cinta “Sota, caballo y rey” (1944).
Tras su primera película, Luis Aguilar no se dedicó a otra cosa más que a agrandar su figura dentro de la farándula y tuvo una de las carreras más prolíferas de la Época de Oro del Cine Mexicano en la que llegó a estar considerado a la altura de otros galanes como Pedro Infante y Jorge Negrete, con quienes también compartió créditos en diferentes cintas.
Pese al paso del tiempo, Luis Aguilar supo adaptarse a las circunstancias y se mantuvo activo hasta el año de 1997 cuando un inesperado infarto lo sorprendió a los 79 años de edad mientras dormía dejando inconclusa su actuación en una película.
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