En la escena musical mexicana no hay la menor duda que la pareja integrada por Don Antonio Aguilar y su esposa, Flor Silvestre, son esenciales dentro de la cultura popular de todo México.
Son los creadores de una dinastía que ahora rinde frutos, primero con su hijo menor, Pepe Aguilar, quien se hizo de una carrera como músico y productor musical principalmente en la década de los 90 y hasta la fecha.
Con ese ímpetu y talento, ahora le ha dado las herramientas a sus dos hijos, Leonardo y sobre todo Ángela Aguilar, quienes han sabido llevar el nombre de su padre y de sus abuelos por losas alto.
Sin embargo, para que esto ocurriera tuvo que pasar una gran historia, misma que en algún momento estuvo a punto de romperse sin vuelta atrás, afortunadamente no sucedió.
Los jóvenes Guillermima Jiménez Chaboya y José Pascual Antonio Aguilar Márquez Barraza de conocieron en 1950 en un programa de radio de la estación más popular de todos los tiempos en México, la XEW, misma que aún sigue vigente.
En aquel entonces, la pareja era un poco dispareja, ya que Flor era toda una celebridad en la música ranchera, razón por la que tenía su propio programa de radio, Antonio acudió a la cita con Flor sin saber que ahí sería el flechazo para iniciar una historia de amor que concluyó cuando la muerte los separó.
En aquel tiempo, Flor estaba casada con el popular conductor Paco Malgesto (Francisco Rubiales Calvo), de quien más adelante se divorció aparentemente por una infidelidad, de ese matrimonio nacieron dos hijos, Francisco y Marcela, quienes son medios hermanos de Pepe y Antonio Jr.
Fue hasta 1957 que Flor Silvestre y Antonio Aguilar se reunieron gracias a la filmación de la película “El Rayo de Sinaloa: la venganza de Heraclio Bernal”, esa película fue el detonante para que ambos se hicieran novios, sin embargo, la relación duró muy poco.
Matrimonio por berrinche
La propia Flor Silvestre indicó en una entrevista que luego de una discusión entre ambos, los dos se separaron y como un berrinche del actor y cantante, él se casó con una exnovia de nombre Otilia Larrañaga Villarreal, famosa actriz y bailarina mexicana, con quien inició una relación unos años antes de que Antonio Aguilar hiciera pareja con Flor.
La joven bailarina era parte de una dinastía de artistas en México, formó parte de las temporadas de la Ópera Nacional del Palacio de Bellas Artes y como premio a su talento recibió la oportunidad de trabajar en el cine, en plena época dorada del cine nacional.
Ese constante roce con la farándula, le abrió las puertas para conocer a Antonio, con quien se casó, sin embargo, no tuvieron muy buena relación, ya que el cantante nunca olvidó a Flor Silvestre y en cuanto tuvo la oportunidad se divorció de ella.
Luego de que ambos artistas se divorciaron, coincidió que Flor Silvestre estaba ya libre de Paco Malgesto, lo que abrió la puerta para que tanto Aguilar como Silvestre se reunieran de nueva cuenta, relación que ahora si fue para el resto de su vida, hasta que Don Antonio falleció en el 2007 víctima de una deficiencia renal y pulmonar.
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