"Yo soy Betty, la fea" es una telenovela colombiana que se convirtió en todo un éxito a nivel internacional, pues se hicieron adaptaciones en varias partes del mundo como Filipinas, Israel, Polonia, Rusia, Tailandia y Vietnam entre muchas otras naciones.
De la mano de los actores Ana María Orozco, Jorge Enrique Abello, Natalia Ramírez, este melodrama retrata la vida de Beatriz Aurora Pinzón Solano (Betty), una mujer con una inteligencia impresionante, pero proporcional a su belleza física. Tras fracasar en su intento de buscar trabajo logra colarse a la prestigiosa Ecomoda donde conoce a quien sería su jefe y amor platónico, Armando Mendoza.
Sin embargo, la apariencia física de Betty es el eje fundamental de esta obra escrita por Fernando Gaitán y que salió a la luz el 25 de octubre de 1999; finalizó el 8 de mayo del 2001, lo suficiente para convertirse en todo un fenómeno. Sin embargo, a qué se debe este éxito. Puede que haya sido un pacto con el Diablo o que simplemente muchos de los fans se identificaron con el personaje de Betty.
Betty es sometida a análisis psicológico
El personaje principal atrapó la atención de todo aquel que vio la telenovela debido a que era brillante en el trabajo, de nombre corazón, pero con un mal gusto al vestir y no era nada bonita. Sus aventuras en Ecomoda, con sus compañeros de trabajo y en su lucha por encontrar el amor generaron episodios cargados de humor y drama.
El usuario @psicologoness se dedicó a hacerle una "radiografía" a Betty y descubrió que es una mujer con fuertes problemas de autoestima que nacen desde que era pequeña, pues sufrió de bullying, mismos que se reforzaron gracias al aislamiento que le provocó su padre en aras de protegerla.
Con el paso del tiempo y malas experiencias con los muchachos, Beatriz generó "indefensión aprendida", una condición con la que entendió que ningún hombre se fijará en ella por quien es o la amará realmente; pensará que sólo buscarán burlarse. Por eso su timidez.
¿Betty buscaba un hombre machista y dominante?
Por desgracia, la novela puede ocultar muchas cosas que nadie percató, por mucho que la vean constantemente a través de Netflix. Ella tuvo una figura paterna que le dejó la idea inconsciente de estar bajo una figura imponente, dominante, maltratadora y cruel. Estas características las encontró en Don Armando quien es: superficial, egocéntrico, narcisista, deshonesto, además de ser prohibido (estaba comprometido) y pertenece a otra clase social.
En automático, se entiende que Beatriz Aurora Pinzón Solano busca este tipo de malos trato por lo que siente no merecer un trato justo o digno, algo que se transformó en depresión y autodesprecio hacia sí misma, algo inconsciente. Aunque al final de la novela, existe un "final feliz", la obra deja ver mucho más que una historia de amor, pues también se puede pensar que Betty es realmente la villana de la obra, pues consigue lo que quiere: se quedó con la empresa y deshizo un arreglo matrimonial.
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