El 18 de junio de 1963 fue uno de los días más negros para la época dorada del cine mexicano. En un hospital en Los Ángeles, California, el actor que protagonizó Enamorada con María Félix se disparó en el corazón para ser él quien decidía cómo acababan sus días y no el cáncer que padecía.
La primera en verlo sin pulso fue su esposa Carmelita Pardo, quien momentos antes había salido al comedor para comprar algo. Durante las entrevistas posteriores, la mujer aseguró que el intérprete no tenía signos de haber estado deprimido, por lo que la sorprendió lo ocurrido.
Pese a su duelo, hubo alguien más que sufrió el dolor de ver a la estrella de la época dorada del cine mexicano sin vida: Pedro Armendáriz Jr., su hijo, quien además tuvo que hacer con él el viaje más doloroso de su vida. A unas horas del fallecimiento de la estrella de María Candelaria, Rodolfo Landa, secretario general de la Asociación de Actores informó que los restos del actor serían repatriados a México con la intención de que fueran sepultados en el país al que dio varias glorias.
De acuerdo con lo que contó la viuda del actor del cine de oro, Armendáriz Jr. viajó todo el trayecto en tren junto al cadáver que venía dentro de un féretro.
Pese a que no solía hablar de lo que ocurrió en este traslado, se sabe que hay al menos dos mil 900 kilómetros entre la Ciudad de México y Los Ángeles, por lo que tuvo que pasar al menos un día y seis horas mientras compartía sus últimos momentos con el hombre que le dio la vida.
Al llegar a la capital, Pedro fue de los hombres que cargaron el féretro de la estrella. Para entonces, el fallecido tenía 51 años de edad, mientras que su hijo 23.
Lo que más se menciona del actor de La Ley de Herodes es que no fue visto soltando ni una lágrima frente a los demás y siguió con su vida de manera normal, pese a que por dentro sentía un fuerte dolor.
"Fue un golpe duro. Era un tipo con una vida muy sólida, con una vida muy abierta, muy suya y cuando tomó la decisión de suicidarse lo respetamos", dijo.
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El cuerpo del actor fue llevado hasta el Panteón Jardín, ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón, donde también se encuentran los restos de Pedro Infante, Cantinflas y Jorge Negrete.
Al día siguiente, el intérprete que anteriormente se desempeñaba como arquitecto recibió una llamada de teléfono por parte de su jefe, quien le ordenaba ir a trabajar, pues consideraba que el duelo no era una excusa para faltar a sus labores.
Aún con el duelo, el actor que dio voz al maestro Shifu en Kung Fu Panda se dedicó a sus actividades normales. El trabajo lo hizo afrontar y superar lo que enfrentaba.
"La vida siguió como siempre", dijo.
"Eso es lo que hubiera querido su papá", agregó.
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