Pedro Infante fue, sin lugar a dudas, la máxima estrella del cine y la música en México durante las décadas de 1950 y parte de 1950, sin embargo, tras su trágica muerte en abril de 1957 su lugar como superestrella quedó vacante y fue aquí donde Javier Solís apareció, sin embargo, muchos seguidores del “Ídolo de Guamuchil” le guardan rencor pues creen que se aprovechó del fallecimiento del actor de “Nosotros los pobres” para cimentar su carrera.
La verdad de todo este asunto es que Javier Solís nunca se aprovechó deliberadamente de la muerte de Pedro Infante para consolidar su carrera pues antes pocos meses antes de que el actor falleciera, “El Rey del Boleto Ranchero” ya había firmado con una importante disquera y era cuestión de tiempo para que su carrera explotara, no obstante, se sabe que Infante era el gran ídolo de Gabriel Siria Levario, como se llamaba realmente Solís.
El respeto que Javier Solís le tenía a Pedro Infante era tanto que en sus inicios de su carrera en bares y cantinas de Garibaldi se destacó por imitar casi a la perfección la voz de “El Inmortal” y fue así como fue descubierto por Julito Rodríguez Reyes de “Los Panchos” quien le daría su primera oportunidad para brillar de forma profesional en la música, no obstante, también le sugirieron que dejara de emular a Pedro Infante para que creara su propio estilo.
Tiempo después, Javier Solís tuvo como maestro de canto a Noé Quintero, quien se destacó por haber educado las voces de grandes personalidades del momento, incluido a Pedro Infante, por lo que conocía a la perfección su voz y detectó que, aunque Siria Levario tenía una gran voz aún tenía la tendencia de imitar a su ídolo, por lo que fue tuvieron que trabajar varios meses para que dejara ese vicio al momento de interpretar sus canciones.
Tras la muerte de Pedro Infante en un terrible accidente aéreo en abril de 1957, millones de personas le lloraron al “Ídolo de México”, incluyendo a Javier Solís, quien acudió como un seguidor más al Panteón Jardín para darle el último adiós al cantante y se dice que destacó entre la multitud por cantar “Grito Prisionero” al más puro estilo de su ídolo, por lo que además de despedirse, de alguna manera, también tomó la estafeta para convertirse en la nueva figura de la música y del cine mexicano.
Es importante señalar que, aunque la intención de Javier Solís nunca fue aprovecharse de la muerte de Pedro Infante para consolidar su carrera, este lamentable hecho sí le favoreció pues se puede decir que tuvo el camino libre para poder conquistar al público pues en ese momento no hubo ningún otro artista que le hiciera sombra y fue así como pudo consolidar su carrera primero como cantante y un par de años más tarde en el cine donde participó en múltiples cintas a principios de la década de 1960 hasta que en el momento cumbre de su carrera falleció en abril de 1966 a causa de un desequilibrio electrolítico derivado de colelitiasis (piedras en la vesícula).
SIGUE LEYENDO:
Famoso actor del Cine de Oro dejó su carrera para escribir canciones a Pedro Infante y Jorge Negrete
La diva del cine de oro que casi fue despedida por no controlarse frente a Pedro Infante