El príncipe Harry y su esposa Meghan lanzaron un fuerte ataque a la prensa británica y el racismo que, según ellos, alimenta la cobertura de su relación. Lo hicieron en el primero de los tres capítulos de una nueva serie de Netflix en la que prometen relatar la “historia entera” de su alejamiento de la familia real. Sin embargo, esta producción habría roto definitivamente el trato que existía con el príncipe William y su esposa Kate Middleton .
Con base en entrevistas con la pareja, así como sus amistades y especialistas en el tratamiento de asuntos raciales por la prensa, los primeros episodios de “Harry and Meghan” disecan la estrecha relación entre los tabloides y la familia real a la vez que penetran en la historia del racismo en el Imperio Británico y cómo aún impregna la sociedad.
Sin embargo, los episodios no incluyen voces disidentes, ni ha habido respuesta de las empresas periodísticas mencionadas. El Palacio de Buckingham se ha negado a hacer declaraciones.
Un abismo entre hermanos
En uno de los episodios, Harry dijo que su familia tampoco entendía que su futura esposa necesitara protección contra los ataques racistas. La serie y la polémica sobre el derecho de réplica revelan hasta qué punto se han roto las relaciones entre los Sussex y la Familia Real. Una fuente cercana a la familia real dijo al diario inglés The Mirror que la falta de comunicación entre William y Harry que se ve en la producción: "tristemente muestra que el abismo entre los dos hermanos no podría ser más grande".
Se especula que la serie documental sólo haría más grande esta brecha. Ya en 2019 habían tenido roces por las entrevistas y productos mediáticos que Harry y Meghan habían hecho, que al parecer no eran del agrado ni de William ni de Kate, por lo que este nuevo proyecto podría representar un quiebre total, al menos por ahora.
Meghan y Harry han aprovechado hoy su acuerdo de 100 millones de dólares con el gigante del streaming para hablar de lo que consideran que la Familia Real ha hecho mal, en el primer episodio comenzó con un ataque directo al Palacio de Buckingham, con una declaración en pantalla en la que se afirmaba: "Los miembros de la Familia Real declinaron hacer comentarios sobre el contenido de esta serie".
Sin embargo, horas después de la emisión de los tres primeros episodios, los funcionarios reales de Londres insistieron en que nunca se les había pedido que respondieran. Aunque el equipo del palacio de Kensington, que trabaja para el príncipe Guillermo y Kate, aclaró que habían recibido un correo electrónico de una productora sobre el documental de Harry y Meghan en Netflix, sin dar más explicaciones.
Un golpe familiar
La serie aparece en un momento crucial para la monarquía, cuando el rey Carlos III trata de demostrar que la institución aún tiene una función después de la muerte de la reina Isabel II, cuya popularidad personal atenuaba las críticas a la corona durante sus 70 años en el trono.
Carlos argumenta que la Casa de Windsor puede ayudar a unir una nación donde aumenta la diversidad, y ha dedicado los primeros días de su reinado a reunirse con muchos de los grupos étnicos y religiones que constituyen la Gran Bretaña moderna. Inicialmente, se consideraba que el casamiento de Harry con Meghan, una actriz birracial estadounidense, ayudaría a los esfuerzos de la familia real para entrar al siglo XXI y volverse más representativa de una nación multicultural.
Pero el cuento de hadas, que comenzó con una ceremonia espectacular en el Castillo de Windsor, se agrió rápidamente con denuncias de que Meghan era egocéntrica y maltrataba a sus empleados. Después de los primeros tres episodios de una hora, se anuncian otros tres para el 15 de diciembre.
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Con información de AP