Robin Williams fue uno de los actores más reconocidos de Hollywood en la década de los 90. El comediante le dio vida a diversos personajes en el cine, siendo recordado por sus papeles en "Papá por siempre" o "Patch Adams". Sin embargo, a pesar de hacer reír a su público, el actor sufría de terribles adicciones.
Antes de ser diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, Robbie Williams padeció de su adicción a sustancias nocivas, pero una terrible enfermedad fue la que lo orilló a suicidarse. Además, a lo largo de su vida sufrío pérdidas y a travesó por varias relaciones y un par de divorcios.
Robin Williams murió el 11 de agosto de 2014, pero no fue hasta después de su muerte que se descubrió la terrible enfermedad que terminó por volverlo "loco", pues ya no se sentía el mismo y, a pesar de las adicciones y depresión, su trágico final dejó un gran vacío entre los fans.
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Entre adicciones, Robin Williams pagó el precio de la fama
Robin Williams no tenía interés en la actuación y tuvo una vida sin problemas de dinero. Poco después de mudarse a California, nació su vocación pro el teatro y logró entrar a la prestigiosa academia Julliard. Su ingenio para hacer reír, lo llevó a tener su primer papel y desde entonces formó una gran carrera en Hollywood.
Sin embargo, la carga de trabajo se hizo muy pesada con el paso de los años, por lo que cayó en su primera adicción: la cocaína. Robin Williams confesó ser adicto a esta droga, incluso se la ofrecían como pago en los clubs nocturnos. El alcoholismo también fue otro de sus refugios.
Pero, logró dejar estas adicciones en 1983 luego de la muerte de su mejor amigo, John Belushi, quien murió de una sobredosis. No fue hasta 2006 que Robin Williams se internó en un centro, ya que a pesar de llevar más de 20 años sobrio, recayó en el alcohol en 2006.
¿De qué murió Robin Williams?
Sin embargo, no fue el alcohol o las drogas lo que terminó con su vida. Robin Williams murió por suicidio, la causa fue asfixia por ahorcamiento.
Su trágico final ocultaba un terrible secreto y es que, en realidad el actor sufría de Demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad que provoca cambios de humor, ansiedad, depresión, miedo y paranoia, pues ataca varias zonas del cerebro. Él ya no se sentía como él mismo, ni siquiera podía recordar dos líneas de sus guiones y terminó por consumirlo.