Una de las parejas más importantes del Siglo XX, en referencia clara al Cine de Oro que se hizo en nuestro país, estuvo conformada por María Félix y Agustín Lara. Ella, en su máximo apogeo como artista y él como un compositor renombrado, unieron sus vidas en 1945 para formar una de las parejas, quizá, más disparejas de ese entonces.
Cabe la referencia y explicación, si se toma en cuenta la presencia, porte y belleza que imperaba en Félix, contrastando con la presencia menos gallarda de Lara. Cabe decir aquí también que para María este fue su segundo matrimonio, luego de haber estado casada primero con Enrique Álvarez de 1931 a 1938.
Este amor, fulgurante desde la mirada de Agustín y con algo más de admiración en los ojos de María, duró apenas dos años, hasta 1947, puesto que se tornó en una relación tormentosa y con momentos de celos y cercana a las agresiones.
Se conocen en un teléfono público
El cantautor y músico Agustín Lara ya era famoso en ese entonces, por lo que dicen los relatos se conocieron de manera accidental dentro de una cabina telefónica, ya que no que ellos tiempos los teléfonos públicos estaban sobre las banquetas en zonas populares.
Ella admiraba su trabajo, mismo que escuchaba en los fonógrafos de la época. La devoción de Lara hacía ella hizo que creara varios temas en su honor, siendo "María Bonita" el más representativo y que cruzó fronteras, definiendo claramente el amor que le tenía a Félix. Posteriormente fueron presentados oficialmente por un amigo en común y casi de inmediato iniciaron una relación amorosa que finalmente terminó en un matrimonio para 1945.
María Félix y Agustín Lara se separan por celos
Volviendo al tema de la belleza dispar. Ella era hermosa, su presencia eclipsaba cualquier sitio y Lara, más discreto en esos avatares, destacaba eso sí por su talento como músico y compositor. Esta disparidad llevó a que él fuera un hombre inseguro y celoso, que notaba como muchos caballeros abordaban a María para tratar de conquistarle.
Con el tiempo, él no paró de celarle y crearle escenas llenas de toxicidad por sus celos enfermizos. Esto llegó al punto de ponerse violento con ella y, según relató en su momento María, hasta intentar matarla en alguna ocasión por tan severa agresión. Con el carácter que ella tenía, decidió cortar por lo sano y terminar el matrimonio en 1947.
Después del divorcio de María Félix y Agustín Lara ambos tomaron caminos diferentes, por su parte Lara se tuvo romances con otras mujeres y María tuvo decenas de relaciones más con magnates, músicos y actores del medio del espectáculo. Como matrimonio, María Félix sumó dos más, uno con Jorge Negrete de 195 a 1953, cuando él falleció. Luego vino otro más con Alex Berger de 1956 a 1974.
A Agustín Lara siempre le guardó un grato recuerdo, destacando su cariño hacia ella, sus canciones, su talento e incluso siendo partícipe de la estatua que se inauguró en homenaje a él en Polanco, cerca de la casa donde ella residía,
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