Hace 30 años el mundo era muy distinto al de ahora y México no era la excepción. Sin redes sociales, con la telefonía móvil en nacimiento y, eso sí, el mundo en guerra, nuestra nación veía el acontecer desde el gobierno del entonces presidente de la república, el licenciado Carlos Salinas de Gortari.
Con la residencia oficial de Los Pinos como su hogar, el mandatario recibía a personalidades influyentes para resaltar su trabajo y apoyar en su labor, entendiendo que esto daría empuje al país en diversos rubros. Esto mismo quedó de manifiesto a inicios de la década de los años 90, cuando María Félix fue invitada especial en este recinto, a efectos de presentar un libro y mostrarlo directamente a Salinas de Gortari.
El encuentro fue memorable y marcó el inicio de una amistad entre el mandatario y la diva del cine, mismo que se repetiría en otras ocasiones.
María Félix conoce a Carlos Salinas de Gortari
Acompañada de su hijo Enrique Álvarez Félix, Así como del escritor Carlos Monsivais, María Félix se presentó en la residencia oficial de Los Pinos para conversar con el entonces presidente de la república. En un tono distendido y lleno de camaradería, Carlos Salinas la recibió en uno de sus salones de reuniones más personales, siempre con una sonrisa y dando a La Doña el rol principal de la conversación.
Ella, segura de sí misma como siempre, comenzó por presentarle a su hijo, para luego avanzar hacia el resto de la comitiva de invitados especiales. Con la franqueza que imperaba en ella, María mostró el libro que llevaba en sus manos titulado "Razón y Elogio" y comenzó a relatar varios pasajes de este evidentes en cada imagen.
Salinas de Gortari, siempre con la mirada fija en ella, atendió cada recuerdo y acompañó la conversación como si se tratara de una gran amiga de años.
Charla que se volvió amistad
Con fraternidad, Félix sacó el lado más ameno de Salinas de Gortari. Entre recuerdos de sus vivencias en el cine y la mujer de mundo que era residiendo en las ciudades más importantes, el presidente secundó su charla mientras ella le regalaba unas palabras escritas en el ejemplar que le obsequió.
Tras esa reunión y la plática, la amistad comenzó y fue el mismo Carlos Salinas de Gortari quien la acompañó hasta la salida principal de Los Pinos, donde le esperaba su auto. Ahí, tomándola de la mano y cuidando de ella en todo momento, se fundieron en un fraterno abrazo para rematar el encuentro y desearse lo mejor.
El suceso se repetiría en otra ocasión, dejando así claro el afecto natural que surgió en ese encuentro, donde el presidente siempre mostró respeto a la figura de la diva. Todo el enlace fue presentado en el programa 24 Horas, entonces conducido por Jacobo Zabludovsky.
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