Pese a que se considera uno de sus más grandes fracasos, Linterna Verde fue una de las películas que marcaron un parteaguas fuera de la pantalla en la vida de Ryan Reynolds, quien ahora destaca por interpretar a Deadpool en las producciones cinematográficas basadas en los cómics de Marvel y hoy cumple 46 años de edad.
Si bien la cinta reunió un total de 219 millones 900 mil dólares en las taquillas de todo el mundo, el costo de realizarla fue de 200 millones de dólares, lo cual fue considerado un margen de ganancia bajo para las expectativas que tenía el estudio para la producción encabezada por Martin Campbell y el actor casado con Blake Lively.
El trauma de Ryan Reynolds
Esta cinta estrenada en 2011 requirió que el intérprete se enfrentara a una de sus más grandes miedos y lo venciera. Se trata del pavor que sentía por volar. Todo, comentó en una entrevista, se derivó de un accidente que estuvo a punto de costarle la vida mientras practicaba paracaidismo a los 19 años de edad.
La estrella de Hollywood practicaba este tipo de actividades a fin de certificarse. Cuando le tocó realizar su salto número 13, su mochila no funcionó como debería y ocasionó que comenzara a experimentar una caída libre. Pese a que este instrumento se abrió, la posición de la lona que serviría para evitar su precipitación solamente le ocasionaba dar vueltas por el aire.
Esto hizo que perdiera el conocimiento durante unos segundos. Mientras se aproximaba a una muerte casi segura, el protagonista de Free Guy recobró la conciencia y se percató de que aún tenía una salida, tirar del cordón auxiliar para desplegar el paracaídas de emergencia.
Al principio dudo de hacerlo, debido a que temía que no habría más opciones en caso de que este objeto volviera a fallar, pero al final tiró de la cuerda y logró volver a tierra sano y salvo. La experiencia le ocasionó un fuerte temor a la hora de volar o encontrarse en puntos muy altos.
Linterna Verde lo salvó de este miedo
Como parte de su papel como Hal Jordan, el personaje debía volar usando el poder de su sortija. Esto significó que el actor fuera sujetado con arneses y grúas para poder aparentar que estaba surcando el cielo sin ningún tipo de soporte. Estas escenas horrorizaban a Reynolds, debido a que recordaba la situación en que su vida estuvo por terminar.
Él mismo definió este trabajo como algo "aterrador, pero interesante", debido a que lo hacía enfrentar el temor que lo había perseguido durante algunos años. El secreto para poder superar este temor, el actor pensó en sus sobrinos y en cómo irían ilusionados al cine para verlo convertido en un superhéroe.
Fue gracias a la repetición de esta acción que poco a poco empezó a acostumbrarse a manejarse en las alturas al punto de que con la toma 17 o 18 logró sentirse seguro y comenzar a divertirse en el rodaje. Después de esto, Reynolds ha superado su miedo. Inclusive en Deadpool 2 hace uso de un paracaídas y, por si fuera poco, la cinta hace mofa de los riesgos de esto por medio de una secuencia en la que todo el grupo X Force muere mientras cae del aire con estos instrumentos.
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