La época del Cine de Oro en México tuvo grandes figuras de otras nacionalidades que brillaron en la industria cinematográfica y que incluso fueron la punta de lanza para inaugurar nuevos géneros tal como es el caso de la actriz cubana, María Antonieta Pons, quién es considerada como “la primera rumbera” del cine mexicano por lo que en esta ocasión recordamos algunos aspectos que posiblemente no conocías sobre su carrera artística y de su vida personal.
María Antonieta Pons nació en La Habana, Cuba el 22 de junio de 1992 y aunque no hay mucha información sobre sus infancia se sabe que era una gran amante de los deportes y que incluso llegó a pertenecer al equipo oficial de voleibol de su país, sin embargo, tiempo después descubrió su extraordinario talento para bailar y comenzó a bailar en diferentes teatros y clubes de baile donde rápidamente llamó la atención y fue requerida para participar en la película “La Serpiente Roja” (1938), donde dio muestra de todo su potencial.
Tiempo después, su talento fue descubierto por el actor y director mexicano de origen español, Juan Orol, quien se enamoró profundamente de María Antonieta Pons y luego de que se casaron decidió lanzarla como actriz en el cine mexicano donde le dio la oportunidad de aparecer a cuadro haciendo lo que mejor sabía hacer, bailar y fue así como se inauguró el género conocido como el cine de rumberas.
El debut de María Antonieta Pons en el cine mexicano fue en la película “Siboney” (1938) y dicha producción es considerada como un canon para las siguientes rumberas que aparecieron en la escena. En los siguientes años, la actriz cubana y su esposo, Juan Orol realizaron algunas giras internacionales que le impidieron hacer nuevas películas y fue hasta el año de 1942 cuando vuelve a la pantalla grande para vivir su etapa más intensa en la que participó junto a grandes figuras del momento como Carlos López “Chaflán”, Pedro Armendáris, Pedro Infante, David Silva, Rosalinda y Luis Aguilar, tan solo por mencionar algunos.
Tras la ruptura profesional y sentimental con Juan Orol, María Antonieta Pons se gana el sobrenombre de “El Ciclón del Caribe” gracias a que protagonizó la cinta del mismo nombre, la cual estuvo dirigida por Ramón Pereda, quien se convertiría en su segundo esposo y su director de cabecera con quien grabaría una gran cantidad de películas.
Con su segundo marido como director, María Antonieta Pons también colabora para lanzar la carrera fílmica de su compatriota, el músico e inventor del mambo, Dámaso Pérez Prado, dicha alianza le da la oportunidad de proyectar su carrera a nuevos mercados manteniéndose en la cima del éxito durante toda la década de 1950.
A finales de la década de 1950, el Cine de Oro tuvo un declive y el cine de rumberas fue perdiendo fuerza, por lo que María Antonieta Pons se vio obligada a incursionar en otros géneros como la comedia ranchera y la comedia por lo que trabajó con Viruta y Capulina, Eulalio González “Piporro” y hasta con Germán Valdés “Tin Tan”, sin embargo, esta faceta no tiene tanto éxito y es a mediados de la década de 1960 cuando graba su última película, “Caña Brava”, para después retirarse sin dar más explicaciones convirtiéndose en una de las figuras más misteriosas del cine mexicano.
María Antonieta Pons tuvo una hija con Ramón Pereda y tras la muerte del cineasta en 1986 se sabe que años más tarde se casó una tercera ocasión, su esposo fue el periodista Benjamín Álvarez con quien estuvo hasta su muerte, la cual, ocurrió el 20 de agosto de 2004 a causa de un paro cardiaco.
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