Mario Moreno “Cantinflas” enlutó a México el 20 de abril de 1993 cuando falleció víctima de un infarto fulminante tras haber padecido de cáncer de pulmón. El mimo de México, quien fuera el cómico más famoso del cine en español, además pasó sus últimos días a la sombra de aparecer en los reflectores de la farándula en la televisión y enfrentando problemas por su herencia.
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Durante su carrera en el cine mexicano y en Hollywood con La vuelta al mundo en 80 días (1956) y Pepe (1960), Mario Moreno canalizó su éxito al asegurar su patrimonio, que de acuerdo con The New York Times, el comediante contaba a días de su muerte con cinco casas, una cadena de peluquerías y salones de belleza, una colección privada de arte, un avión privado, un rancho de más de 400 hectáreas, conocido como La Purísima, así como autos y departamentos en Acapulco.
“Cantinflas” nació el 12 de agosto de 1911. Su familia era solventada económicamente por su padre, un funcionario de correos que mantenía a Mario Moreno y al resto de sus seis hijos. El mimo de México abandonó sus estudios en el bachillerato para iniciar su carrera en una carpa de circo tras haber desempeñado varios oficios como taxista, limpiabotas, cartero y hasta taxista.
Su meteórico éxito en el cine mexicano lo llevó a tener una temporada productiva donde entre 1940 y 1941 rodó siete películas que lo llevaron a invertir en inmuebles y cuentas de banco, situación que en sus últimos años de vida, le traería problemas de herencia.
Los últimos meses de vida de “Cantinflas”
Aunque fue reacio a salir en televisión o en aparecer en periódicos o revistas e incluso en eventos, Mario Moreno “Cantinflas” acudió esporádicamente a invitaciones como el Carnaval de Cádiz, España en 1986, donde según contó El País, el comediante participó aquejado por la fiebre y con problemas de sus años de vida a cuestas, tenía 75 años.
Tres años después de aquella invitación al Carnaval de Cádiz, “Cantinflas” comenzó a sortear problemas y escándalos con sus parejas de vida, entre ellas, una mujer hasta entonces desconocida estadounidense llamada Joyce Jett, quien demandó al mexicano en 1989 por 26 millones de dólares por maltrato físico y psicológico.
Durante sus últimos meses de vida, “Cantinflas” recibió homenajes, uno de ellos de la Fundación Emily Cranz por ayudar a los niños latinos de escasos recursos en Estados Unidos. En aquella ocasión, en 1992, meses antes de su muerte, el mimo de México lucía visiblemente cansado con problemas incluso para poder hablar, en una entrevista hecha por la extinta cadena de noticias Eco.
En su última entrevista ofrecida también en 1992, el maestro de la pantomima y el humor, que fue elogiado por Charles Chaplin, aseguró que “Cantinflas” siempre estaba identificado con el pueblo, “Cantinflas es un personaje que protege, que no puede ver la injusticia, que no tienen nada pero quiere hacer algo por alguien”.
“Cantinflas” pagó factura por haber tenido una vida de gran fumador, hecho que le costó enfrentar el cáncer de pulmón junto con el estrés que manejó de su enorme fortuna al final de sus días que lo llevó a vivir en el ajetreo que tuvo en toda su vida.
El 20 de abril de 1993, miles de personas se reunieron en el funeral de Mario Moreno "Cantinflas", en un evento que fue de corte nacional el cual duró tres días. Sus cenizas descansan en el Panteón Español de la Ciudad de México.
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RMG