ESPECTÁCULOS

La odiada villana que martirizaba a su hijo y paralizó a todo México en la telenovela emblemática de los 80

El personaje de Catalina Creel interpretado por María Rubio fue esencial para el éxito de ‘Cuna de Lobos’ entre 1986 y 1987

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El personaje de Catalina Creel interpretado por María Rubio Foto: Televisa

El 13 de octubre de 1986, cinco meses después de que Maradona levantó la Copa del Mundo en la grama del Estadio Azteca y en plena recuperación por los sismos de septiembre de 1985, la televisión mexicana difundió el primer episodio de una de las mejores (si no es que la mejor) telenovelas que se han transmitido en México de todos los tiempos.

El argumento era sencillo, por vez primera el personaje del villano no era un hombre, era una mujer especializada en corromper gente, manipular a su propia familia y algo inconcebible en aquella época, una asesina a sangre fría que paralizaba los hogares mexicanos en cuanto añadía una víctima más a su lista y todo por el amor hacía su hijo menor y el odio al mayor.  

La villana encarnada por la excelente actriz María Rubio (QEPD), era nada más y nada menos que la matriarca de la familia Larios, Catalina Creel, señora adinerada y viuda de un importante empresario del ramo farmacéutico y caracterizada por un parche que le cubría la pérdida de un ojo.

El personaje de acuerdo con su creador, el escritor Carlos Olmos, se inspiró en el trabajo de una diva del cine norteamericano, la actriz Bette Davis, considerada una de las cuatro grandes del cine de Hollywood.

EL trabajo de Olmos incluía un reparto de lujo integrado por los jóvenes actores Diana Bracho, Alejandro Camacho, Rebeca Jones y Gonzalo Vega, todos ellos formaban parte del clan Larios, directa o indirectamente, Catalina Creel se suponía era un personaje antagónico pero fue tal el peso que adquirió a lo largo del melodrama que acabó por adueñarse del set, de las portadas de las revistas y periódicos y de espacios en los que difícilmente se hablaba de telenovelas, como en noticiarios del peso de 24 horas con Jacobo Zabludovsky e incluso en otros ámbitos de la vida pública de un México muy distinto al de ahora.  

En una entrevista, la actriz María Rubio señaló que en pleno auge de la telenovela y ya cuando gozaba de una fama envidiable por la proyección de su personaje, se dio cuenta que en el Estado de México, en el municipio de Nezahualcóyotl había una manta que pedía a su personaje para presidente, tomando en cuenta que se vivía la efervescencia por las elecciones presidenciales de 1988.

La situación la tomó por sorpresa y reflexionó sobre ese hecho, argumentando que el pueblo de México quería a una asesina en el poder

“El que salió creo que me superó”

Dirían por ahí, parece chiste pero es anécdota, tiempo después y quizá inspirado en ese dato curioso, el actor Gonzalo Vega (QEPD) llevó al escenario del teatro un personaje que contaba con características muy parecidas a las de Creel, el personaje de “La Señora Presidenta” le dio altos vuelos a su carrera y casualmente la obra fue producida también por Carlos Téllez.

Además de la presencia de Rubio y los actores que arropaban la intensidad de la trama, destacó el trabajo de Pedro Plascencia Salinas (QEPD), hijo de la actriz Carmen Salinas, quien junto con Olmos y el productor Carlos Téllez  le dieron vida a uno de los temas incidentales más importantes y recordados de un melodrama, resaltó porque no necesitó de letra, contrario a otros temas que eran interpretados por el artista popular del momento.

La composición de Plascencia Salinas simplemente no hay manera de sustituirlo, tanto así que en el remake de 2019 el tema recibió sólo unos arreglos para poder ser utilizado. El tema también fue motivo de polémica ya que utiliza fragmentos del compositor Federico Álvarez del Toro, mismo que no dio el consentimiento para que se utilizará y tampoco fue mencionado en los créditos lo que desencadenó acusaciones entre él y la televisora. 

Calles y hogares no se la perdían 

A lo largo de los 170 capítulos que duró la novela (algo común en tiempos en los que la televisión reinaba), el público lejos de aborrecer al personaje de Creel, se hizo su fan, se emocionaba cuando la historia mostraba un nuevo crimen de la antagonista y de las distintas formas en las que se disfrazaba para cometerlos, no en vano, el primer capítulo de la serie sorprendió al público mexicano porque por primera vez era mostrado en pantalla un asesinato a sangre fría, algo inverosímil para la época, solo superado en la pantalla chica por la escena brutal del asesinato de Erika Buenfil y Arturo Peniche en “Amor en Silencio” transmitida en 1988, otra telenovela que marcó época en la televisión.

El personaje de ficción de Catalina Creel, fue ganando espacios en otro tipo de programas “más serios” de Televisa y cada que el personaje de Rubio cometía un asesinato, los medios de la empresa lo difundían como si se estuviera retratando un hecho de la vida real. Era un acontecimiento esperado por millones de seguidores en México y Latinoamérica que seguían semana con semana la historia.

El capítulo final de la historia de Carlos Olmos fue todo un acontecimiento en la televisión mexicana, se transmitió un viernes cinco de junio de 1987, millones de espectadores siguieron minuto a minuto el destino de Leonora, José Carlos, Alejandro y Vilma, y desde luego el de Catalina Creel, en las calles no había un solo sitio de reunión que no tuviera sintonizado el canal 2 para ver el final de la villana más emblemática de la televisión mexicana.

SI no las has visto, no te daremos detalles, pero la escena final en que aparece ‘el pequeño Edgar’ es el colofón perfecto para este melodrama, tan importante y popular entre millones de personas que se retransmitió dos días después, aprovechando la final del futbol entre los equipos de Chivas y Cruz Azul en el Estadio Jalisco.

El capítulo resultó todavía más exitoso porque el fin de semana había más gente pegada al televisor contrario al viernes y de acuerdo con las mediciones de aquellos años fue uno de los programas más vistos, superando incluso al de la final de futbol.

En 2019 se lanzó un remake de sólo 25 capítulos, que pasó sin pena ni gloria a pesar de contar con la actuación de la actriz española Paz Vega