En sus principios, Netflix buscó series que fueran totalmente diferentes a lo que se ofrecía en la televisión convencional o de paga, por lo que invirtió en diversas series que fueron arriesgadas, pero propositivas, prueba de ello fue Hemlock Grove, que llegó a tener un costo de más de 4 millones de dólares por episodio.
A pesar de que la idea de esta serie era bastante buena y hasta el episodio piloto fue dirigido por Eli Roth, Netflix la canceló después de tres temporadas, pero con un total de 33 capítulos la convirtió en una miniserie de culto y hasta muchos la llegaron a comparar con Twin Peaks y True Blood.
La historia es simple: En la población de Hemlock Grove, Pennsylvania, aparece una joven asesinada cerca de la antigua fábrica de acero de la familia Godfrey. Los sospechosos del crimen son Peter — un chico gitano de 17 años que siempre elige el camino equivocado, y del cual se cree que puede ser un hombre lobo— y Roman, el arrogante hijo de los Godfrey, cuya hermana Shelley tiene una perturbadora deformidad, y cuya madre Olivia es una bella y controladora dama de Hemlock Grove.
Los principales protagonistas de la serie eran Famke Janssen (X-Men, 2000), Bill Skarsgård (It, 2017) y Landon Liboiron (Truth or Dare, 2018), quienes desempeñaron momento memorables dentro de la serie que está plagada de homicidios, misterios e intrigas, pero su principal acierto consiste en haber mezclado el terror con criaturas sobrenaturales, como los hombres lobo.
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Hemlock Grove puede llegar a momentos brillantes, no sólo por las actuaciones, también con la gran ayuda de los efectos especiales, pero la narrativa resulta importante en cada escena, ya que el espectador se siente tan atraído que le costará trabajo dejar de ver las dos primeras temporadas.
Sin embargo, la tercera y última temporada fue un fracaso, debido a varios problemas que hubo en la producción y que provocaron malas críticas, además de muy bajas reproducciones en Netflix, por lo que se decidió dar por concluido el proyecto.
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