Son contados los luchadores que han pasado a la historia por sus capacidades así como su identidad. Uno de ellos fue el Santo, icono del pancracio nacional y que logró traspasar las fronteras. A pesar de su exposición mediática, el deportista fue muy cuidadoso de no mostrar su rostro. Pero en alguna ocasión realizó lo impensado.
En un par de ocasiones, el Santo amagó con quitarse la máscara durante la década de los ochenta. Justo cuando su carrera dentro de la lucha libre comenzaba su desenlace. El luchador se presentó en el programa 'Hoy mismo', que era conducido por Guillermo Ochoa, en donde se quito y puso la máscara de manera muy rápida.
Revela su identidad
Fue en 1984, cuando Rodolfo Guzmán, nombre real del luchador, acudió al programa 'Contrapunto', con Jacobo Zabludovsky, donde volvió a descubrir sus rostro de manera rápida, pero el momento cobró relevancia cuando el periodista retransmitió la imagen durante el noticiero 24 Horas en donde se congeló la imagen y se pudo conocer el rostro del legendario Santo.
Su participación en 'Contrapunto' ocurrió el 26 de enero de 1984. Diez días después, el mítico luchador perdió la vida. El domingo 5 de febrero después de terminar un número de escapismo en el Teatro Blanquita le ocurrió un infarto al miocardio a las siete de la noche. De inmediato fue llevado al Hospital Mocel. La segunda función de la noche no contó con el luchador.
El llamado 'Enmascarado de Plata' perdió la vida a las 21:40 horas con 66 años de edad. Rodolfo Guzmán se convirtió en uno de la iconos de la cultura mexicana de todos los tiempos. Desde 1981 contaba con un marcapasos después de sufrir un ataque cardiaco sobre el cuadrilátero del Toreo de Cuatro Caminos durante una función con Black Shadow y el Huracán Ramírez.
El Santo
El luchador nació en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917. Durante su infancia, la familia se trasladó a la Ciudad de México, asentándose en el Barrio de Tepito. Estudio pintura en la Academia de San Carlos. Su debut sobre el ring lo realizó a los 16 años.
Fue Jesús Lomelí, su entrenador, quien le sugirió el nombre de Santo, así se presentó en la Arena México en 1942 donde fue descalificado. Antes de ser del bando de los técnicos, fue villano. Al grado que se recuerdan sus apariciones donde rompía todas las reglas y dejaba ensangrentados a sus rivales.
Con información de medios.
rcb