Anne Hathaway es una de las estrellas más reconocidas de la industria cinematográfica; sin embargo, estuvo a punto de dedicar su vida a difundir y vivir bajo los preceptos de Dios. No obstante, la actriz dejó de lado el camino para convertirse en monja cuando vio que la religión rechazaba a uno de sus seres más queridos.
Desde pequeña, Anne creció en una familia católica, fe de la que se sentía muy cómoda. Sus creencias estaban tan arraigadas que la intérprete tenía planeado enclaustrarse.
La joven, hija de Gerald Hathaway y la actriz Kate McCauley, tiene dos hermanos más y ninguno de ellos se cuestionaba los valores que sus padres les habían inculcado a lo largo de los años.
¿Por qué no se convirtió en monja?
Cuando Michael, el mayor de los Hathaway, cumplió 15 años de edad, confesó que era homosexual. Pese a lo que se esperaría en una familia católica, su familia lo arropó y lo apoyó en todos los sentidos.
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Sin embargo, lo mismo no ocurrió con su religión, la cual durante muchos años ha mostrado un rechazo a la diversidad sexual más allá de la heterosexualidad.
El rechazo al joven ocasionó que los padres y hermanos de Anne se unieran y renegaran de la doctrina del Vaticano, ya que consideraban que Dios no podría rechazar a uno de sus siervos de manera tan abierta.
Desde entonces, la actriz se ha convertido en defensora de los derechos y la inclusión de las personas que expresan una sexualidad diversa y ha buscado diversos caminos para apoyarlas.
GDM