Joan Sebastian se consolidó como uno de los máximos exponentes de la música regional mexicana, pues desde que lanzó su primer disco en 1975 obtuvo un éxito inesperado debido a su peculiar forma de ser, su carisma, energía y bellas letras que le hicieron valer el nombre de "El poeta del pueblo".
Debido a su pasión reflejada en la música, Joan Sebastian se ganó de manera repentina millones de corazones a través de sus movidas melodías y poéticas composiciones, mismas que luego de un par de años de estar en la industria musical le harían merecer el apodo que enaltece a la poesía en cada una de sus canciones.
Sin embargo, siendo aún una persona famosa y con mucho que dar, el cantautor mexicano Joan Sebastian murió un 13 de julio de 2015, a los 64 años en su rancho debido a que padecía cáncer en los huesos, pero a pesar de su partida, recordamos el legado del famoso intérprete de "Secreto de amor", quien sigue presente en cada una de sus letras.
La vez que Joan Sebastian dio una misa
Sabemos que Joan Sebastian nació en la localidad de Juliantla, en el municipio de Taxco de Alarcón, al norte del estado de Guerrero, México, un lugar donde la religión católica es notoria. Fue precisamente en su lugar de nacimiento que Joan Sebastian se desarrolló en varios oficios, sin pensar que llegaría tan lejos en el ámbito musical.
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Cabe recordar que el cantante vivió hasta los doce años en esta localidad, por lo que en su intento por estudiar, ingresó a una institución educativa religiosa en Morelos, donde su cuidado estuvo a cargo un sacerdote.
Este sería uno de los principales sucesos que motivarían al famoso intérprete de "Amor limosnero", por lo que en aquella época manifestó su deseo de formar su vida como sacerdote; sin embargo, su papá se manifestó en contra de que su hijo dedicara su vida a la religión ya que consideraba que tenía talento para la música.
Cabe destacar que la abuela de Sebastian le pareció una gran idea que su nieto iniciara una vida dedicada al servicio de Dios y estaba dispuesta a apoyarlo.
Sin embargo, a pesar de la oposición de su padre, el entonces joven insistió en emprender una vida sacerdotal, por lo que a los catorce años se inscribió como seminarista en el Seminario Conciliar de San José, en Cuernavaca, Morelos.
Y fue precisamente en la temporada en que Joan Sebastian estuvo de alumno del seminario que compuso una misa, pero finalmente tomó la decisión de que su vocación no era el sacerdocio.
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