Los excesos en el consumo de alcohol por parte de José José llevaron en los años 70 a Anel Noreña en la necesidad de buscar soluciones médicas para impedir que su entonces marido tuviera secuelas de este consumo. Una de ellas fue darle una pastilla con base en disulfiram.
Esta droga se usa como un tratamiento en contra del alcoholismo, la cual ocasiona reacciones fuertes al cuerpo una vez que se consume una gota de bebidas embriagantes. Las que experimentó el cantante fueron taquicardia, estados psicóticos y sudoración.
Bastaba con que "El Príncipe de la canción" abriera una botella para que comenzara a sentirse mal. En un inicio pensó que esta situación se debía a que su cuerpo estaba rechazando de manera natural el continuar con el vicio.
El intérprete no supo nada sobre este tratamiento durante semanas, ya que su entonces mujer solía colocárselas en la comida y en licuados con proteínas que le daba de manera constante.
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¿Cómo se dio cuenta el cantante?
Finalmente, Rómulo Sosa dejó de beber. Durante estos meses ayudó a hacerse cargo de su hijo, también llamado José. Según lo que ha narrado Noreña a través de los años, en esta etapa vivieron momentos de felicidad y tranquilidad, ya que el efecto de la pastilla hacía que él no se acercara a la bebida ni en sus giras.
Sin embargo, el intérprete de "Almohada" se enteró de esta situación años después, momento en el que recriminó a su esposa por tratar de controlarlo.
Aquí hay dos versiones de la historia: la que cuenta Anel habla de José José regresando de un día de fiesta y recriminándole por darle las pastillas para después abandonarlas. Le segunda la narra la serie realizada por Telemundo, la cual muestra al cantante pasando por un ataque psicótico tras el cual se dio cuenta del engaño.
En ambas narraciones, "El Príncipe de la canción" mostró su molestia por la situación, pero continuó junto a su pareja, a quien le pidió que lo dejara ser él. En estos días de 1984, el cantante regresó al vicio.
El Etabus es la versión comercial del disulfiram. Su uso suele recomendarse junto con terapias psicológicas, de motivación y el soporte de algún médico, ya que por sí mismo no sirve para reducir esta adicción a fin de que la sobriedad se convierta en un hábito en los pacientes.
GDM