Con lágrimas en los ojos, Sofía Castro tomó el teléfono y llamó a su papá, el productor José Alberto “El Güero” Castro. Sin perder un segundo, la joven le dijo entre sollozos que quería abandonar la escuela en la que la acababan de inscribir.
El motivo, narró en entrevista para el programa "Sale el Sol", era que acababa de ser discriminada. El responsable de esta acción era un maestro.
El hombre le había reprobada a la también hija de Angélica Rivera por no ser nativa de Estados Unidos, país en el que se encuentra este colegio.
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El único consuelo que tenía la joven era que no fue la única víctima de este personaje, ya que un muchacho llamado Sam también pasó por esta misma situación, pero por ser afroamericano
El profesor se había burlado del acento de la actriz y además la había cuestionado por querer "cumplir el sueño de Hollywood", pese a que la estrella de entonces 20 años de edad trató de defenderse, el hombre fue firme al reprobarla sin ninguna justificación.
"El Güero" Castro le pidió a su hija templanza y buscar una manera de resolver el problema, debido a que no veía adecuado que la joven abandonara su formación por una mala experiencia.
Lejos de encontrar el soporte necesario por parte de las autoridades escolares, Sofía y Sam fueron echados de la dirección y no se dio por cierto ninguno de sus argumentos.
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La actriz asegura que nadie le creyó porque eran otros tiempos y aún no se habían puesto en tendencia la defensa de los derechos de las mujeres y de los afrodescendientes.
Al final, la actriz pudo pasar el curso con muy mala calificación, lo cual contrasta, dijo, con sus estupendas notas en las demás materias.
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